Across the Spider-Verse

Carlos José Jijón

Guayaquil, Ecuador

Déjenme contarles una historia. En algún momento del siglo pasado, alguien en Hollywood descubrió que una película puede ganar más dinero en la taquilla si está relacionada a alguna marca o franquicia famosa. Esto, sin duda, empezó como una práctica de negocios inofensiva, pero pronto todo se salió de control y hoy tenemos a películas como Spider-Man: Across the Spider-Verse, la primera parte de la secuela de la adaptación de la reinterpretación de una serie de historietas que salió hace unos sesenta años. ¿Cómo se supone que debo explicarle eso a alguien?

Pero, bueno. Across the Spider-Verse es la secuela de Spider-Man: Into the Spider-Verse, la película de acción animada que se estrenó en 2018 y enamoró al público con su refrescante sentido del humor y alucinante estilo visual que pone en vergüenza a cualquier otra producción de Hollywood. Siempre le he tenido mucho cariño a esa primera parte, pero después de ver a su sucesora me pregunto si es posible que los lindos colores me hayan llevado a ignorar algunas de sus faltas.

Una vez más, nuestro protagonista es Miles Morales/Spider-Man, un joven superhéroe con el mal hábito de verse envuelto en aventuras interdimensionales que incluyen interactuar con versiones alternativas de sí mismo mientras intenta salvar a la ciudad de Nueva York y/o al Universo. Y en muchos sentidos, es básicamente una versión mejorada de Into the Spider-Verse. Tenemos la misma estética hip-hop, el mismo tono en el que todo es lo suficientemente serio como para que haya drama pero no como para que se vuelva deprimente, y hasta algunos de los mismos chistes. Y todo eso está muy bien. Las secuencias de acción son – sin exagerar – algunas de las mejores que he visto en mi vida. Mientras que otras películas en el género tienen dificultad haciendo que las cosas más sencillas se vean interesantes, Across the Spider-Verse toma cada estilo visual y técnica cinematográfica creada por el hombre y las combina en lo que parecen miles de formas diferentes, todas ejecutadas a la perfección. Puede ser un poco abrumador – más o menos como si metieras un museo en una licuadora – pero que tu película se vea demasiado bien no es un problema muy serio.  

Pero mientras que la estética de la película es bonita y está llena de imaginación y no me imagino a nadie criticándola a menos que por algún motivo odie la diversión, no puedo decir lo mismo de la trama. Es verdad que los personajes son divertidos, pero sus motivaciones no siempre son lógicas. De hecho, muchos de los conflictos de la película son causados por personas actuando de forma completamente irracional. Se siente como si Miles Morales es el héroe no por sus admirables convicciones éticas sino porque es uno de los pocos individuos en el filme con sentido común.

La película fue coescrita por Philip Lord y Christopher Miller y puedes darte cuenta porque está repleta de elementos autorreferenciales. Si no sabes a qué me refiero, es común que las películas de este dúo resalten el hecho de que son películas y que comenten acerca de los elementos de ficción que la audiencia está experimentando. Esto era bastante ingenioso cuando empezaron hace más de una década, pero llevan haciéndolo tanto tiempo que está empezando a darme un dolor de cabeza. Al igual que su predecesora, Across the Spider-Verse deconstruye elementos comunes en las historias de Spider-Man, pero no me parece que lleguen a conclusiones muy interesantes. Hay temas comunes en todas las historias del mundo porque hay algunas formas de crear drama más efectivas que otra. No es ningún gran descubrimiento.

Por supuesto, nada de lo que escribí en los últimos dos párrafos borra el hecho de que Spider-Man: Across the Spider-Verse es legítimamente muy entretenida. Y no solo es eso. También es una película claramente hecha con entusiasmo y buenas intenciones.  Todo en la producción sugiere que el filme fue hecho por personas talentosas y apasionadas que le tienen gran respeto al personaje de Spider-Man y ahora quieren compartir su visión contigo. Pero, pregunto, ¿es eso suficiente? ¿Es mucho pedir que la narrativa sea tan memorable como el espectáculo visual?

Y la respuesta es no, obviamente no. Yo diría que la razón por la que tantas superproducciones de años recientes fracasan en la taquilla es que creen que relacionarse con una marca famosa es lo único que necesitan para llamar la atención del público. Pero esto simplemente no es cierto. No hay ninguna estrategia mejor que “encuentra una historia interesante y cuéntala bien”. Si tienes eso, no necesitas ser parte de una serie reconocida. Además, si hubiera menos franquicias, explicar de qué se trata una película sería menos horriblemente complicado. (O)

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