El presidente de Chile, Gabriel Boric, pidió este martes a la oposición «salir de la trinchera» y sumarse a un pacto fiscal «amplio y sustantivo», que permita recaudar más impuestos para financiar proyectos en salud, educación y vivienda, pero a la vez que aumente el crecimiento, la inversión y la productividad.
«Salgamos de la trinchera y de la pelea política chica. Avancemos juntos para construir un Chile más justo», afirmó el mandatario en cadena nacional.
El exlíder estudiantil, que el pasado marzo recibió uno de sus mayores golpes legislativos cuando la Cámara de Diputados y Diputadas se negó a discutir su emblemática reforma tributaria, dijo que Chile necesita «un sistema moderno, justo y eficiente que entregue garantías de cómo se usan los impuestos».
«Los que tienen más pagarán más y los inescrupulosos no tendrán facilidad para evadir», añadió.
Tras el rechazo a la reforma tributaria, que buscaba recaudar el 3,6 % del PIB nacional en cuatro años, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, inició una ronda de conversaciones con empresarios y parlamentarios que, según Boric, «han sido fructíferas, entregando y recibiendo propuestas, incorporando nuevos temas, identificando problemas y soluciones».
Las negociaciones con la Unión Demócrata Independiente (UDI), sin embargo, se encuentran paralizadas porque el partido conservador ha condicionado el diálogo a la salida del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, por un caso de irregularidades en subvenciones públicas y un extraño robo de 23 computadores en su ministerio..
«La voluntad de diálogo prevalecerá pese a que algunos no quieran sentarse. No habrá negativa que nos aleje del compromiso de un Chile más justo y desarrollado para todos», aseguró Boric, quien anunció que desiste de presentar el proyecto rechazado de reforma tributaria en el Senado -donde necesita una mayoría de 2/3- y presentará en los meses un nuevo paquete de medidas.
La nueva propuesta de pacto fiscal incluye iniciativas para aumentar el crecimiento, modernizar el Estado, fortalecer la fiscalización tributaria e incrementar «los impuestos pagados por sectores de mayores ingresos para poder financiar de esta manera los gastos sociales urgentes, que no pueden ser absorbidos con los recursos que actualmente tenemos disponibles», explicó Boric.
La economía chilena se recuperó más rápido de lo esperado tras la pandemia, con un aumento histórico de 11,7 % en 2021, pero en 2022 se comenzó a ralentizar y cerró con un crecimiento del 2,4 %.
Entre los gastos sociales más apremiantes, que suman más de 8.000 millones de dólares, se encuentra la subida de las pensiones, la reducción de las listas de espera y la inversión en seguridad ciudadana.
«Se trata de una propuesta más amplia y sustantiva de lo que muchos imaginábamos en un comienzo, y que ahora, si actuamos con unidad, podemos comenzar a construir», añadió el líder progresista, en el poder desde marzo de 2022.
Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han expresado en los últimos tiempos la necesidad de que Chile lleve a cabo una reforma tributaria porque su recaudación es baja.
En 2020, la recaudación supuso el 19,3 % del PIB, según la OCDE, muy por debajo del promedio en Latinoamérica (21,9 %) y de este propio organismo (33,5 %). EFE (I)