Un ciudadano, un voto, factor decisivo del acto comicial

Gonzalo Ruiz Álvarez. Quito, Ecuador.

Gonzalo Ruiz Álvarez

Quito, Ecuador

El tiempo de la campaña se acorta de modo inexorable. El día 10 de agosto es la fecha final para divulgar encuestas. El 13 será el debate presidencial decisivo, el 18 se instala el silencio electoral y el 20 de agosto hablarán los ciudadanos en las urnas.

Todas las elecciones, pero estas de modo particular, suponen un momento clave en la vida del país. Si bien es cierto que la gente está pendiente de sus problemas y angustias cotidianos, de la inseguridad, el desempleo y la falta de oportunidades de crecer, obnubilados por la desesperanza, poco a poco es indispensable que los ciudadanos tomen partido y decidan su voto para cambiar las cosas.

Para resolver el voto de modo libre, responsable y democrático es fundamental que los ciudadanos conozcan los contenidos de las propuestas de los binomios presidenciales y su plan de acción a fin de ejercer un voto informado y posibilitar una rendición de cuentas del futuro presidente, con conocimiento de causa. Esa información está a disposición de todos en la página web del Consejo Nacional Electoral.

El momento que atraviesa el país es crítico y el vértigo de la muerte cruzada que tuvo que decretar el Presidente, obligado por la presión política de sus adversarios que amenazaban con la destitución, llevó a la sociedad a esta salida extrema.

En tiempos de campañas presidenciales regulares los electores indecisos se van decantando poco a poco. Hay quienes deciden su voto ante la papeleta y muchas veces cambian el destino de una elección.

Esta vez, y más allá de las reformas futuras para solventar el inmanejable panorama de cerca de 280 partidos y movimientos, nos vemos compelidos a elegir entre 8 binomios presidenciales que representan a distintas fuerzas. Este mismo vértigo obliga a un voto responsable por la opción que a plena conciencia decida cada persona.

La mayoría de participantes en los binomios no son afiliados de los partidos que los presentan y responden a alianzas. Tras la segunda vuelta y cuando se instale la Asamblea Nacional, veremos el escenario de dispersión de fuerzas políticas y la mayor o menor gobernabilidad que deberán afrontar los futuros mandatarios en un período que concluirá en mayo de 2025.

Pero en estos días, lo deseable es que las personas vayan tomando decisiones libres y como consecuencia de serias reflexiones sobre el futuro del país. No es otra cosa que la suma de la voluntad de cada ciudadano que en una democracia representativa tiene la fuerza clave. Cada ciudadano es un voto y la suma de ellos arroja el resultado final, la más fiel representación de la expresión de la mayoría.

Hace falta tomar una decisión y votar con convicción, para labrar un destino próspero, que sepulte la corrupción, que permita generar confianza para que la inversión extranjera y nacional sientan que hay una atmósfera de seguridad jurídica, para que se respete la libertad de expresión y para que de una vez por todas el Estado tenga al frente un mandatario con ideas claras y liderazgo, que sepa luchar contra la delincuencia organizada, las mafias de la droga y atacar el mal del narcotráfico que hacen del Ecuador un foco de atención internacional, para acabar con las guerras de bandas locales por tomarse los territorios del microtráfico que están asesinado a la juventud a tiros o con la adicción a las drogas.

Un voto libre y bien informado puede reafirmar los valores de la democracia que sigue en construcción y debe alcanzar etapas de plena madurez. Una democracia donde la libertad de expresión sea un derecho de toda la gente y la posibilidad de actuar en política, una opción para labrar el futuro de prosperidad.

Después de tiempos difíciles como los que atravesamos y grandes retos que deberá afrontar los futuros mandatarios, un voto serio, una reflexión profunda y una honda convicción de que cada voto puede formular cambios para mejorar la vida de las grandes mayorías. Es menester cimentar las bases de la libertad y democracia que tantos esfuerzos y sangre supusieron para los patriotas, que fueron ejemplo naciente desde la entraña de nuestra historia y son el mejor faro que puede iluminar el derrotero para construir un futuro en paz y progreso para todos.

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