Una iglesia metodista húngara, la Hermandad Evangélica de Hungría (MET), denunció este martes la persecución que, a su juicio, sufre debido a sus críticas al gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán.
«Nos persiguen porque nos oponemos abiertamente a la arrogancia del poder que ignora los derechos más elementales, la prensa libre, la libertad de expresión y de religión», aseguró en una rueda de prensa Gábor Ivanyi, el líder de esa comunidad religiosa protestante, conocida por sus labores caritativas.
El pastor metodista de 71 años, que formó parte en el pasado del círculo íntimo de Orbán, hasta el punto de oficiar su boda y bautizar a sus dos primeros hijos, es hoy una de las voces más críticas con su gobierno.
Ivanyi, conocido por su activismo contra el antiguo régimen comunista, explicó en el pasado que se distanció de Orbán por su «indiferencia hacia los pobres», así como por el trato hacia la minoría romaníe y las medidas contra las personas sin hogar.
El religioso convocó a la prensa este martes después de que la Oficina Nacional de Impuestos, «claramente siguiendo órdenes de Orbán», según Ivanyi, haya confiscado casi la totalidad del dinero que la MET recibió del Estado por sus actividades educativas, un total de 450.000 euros.
El pastor recordó que, con una ley de 2011, el Gobierno privó a la MET de su estatus de iglesia, y a pesar de fallos a su favor del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal Constitucional de Hungría, hasta el momento no se ha enmendado esa decisión.
La MET tampoco ha recibido el apoyo estatal que le corresponde por sus actividades educativas y sociales por un total de más de 30 millones de euros en los últimos años.
Ivanyi subrayó que ha convocado la rueda de prensa para que la opinión pública se entere de lo que sucede en el país.
«Si la dictadura de Orbán consigue aplastar el último símbolo de la democracia, envía un mensaje en el sentido de que en la Unión Europea puede pasar cualquier cosa», enfatizó el pastor.
La MET fue fundada por Ivanyi ya antes de la caída del telón de acero y luchó contra el poder comunista. Actualmente cuenta con una editorial, una universidad, un hospital y varios centros de ayuda y asistencia social.
La Comisión Europea mantiene congelada la entrega a Budapest de 22.000 millones de euros en fondos comunitarios mientras no se demuestre que el Gobierno húngaro garantiza que los programas para utilizarlos respetan la Carta Europea de Derechos Fundamentales. EFE (I)