Vértigo total para la segunda vuelta en Argentina

Gonzalo Ruiz Álvarez. Quito, Ecuador.

Gonzalo Ruiz Álvarez

Quito, Ecuador

El domingo 22 de octubre el voto popular arrojó resultados impredecibles en Argentina. Sergio Massa, ministro de Economía del gobierno (peronismo, kirchnerismo) ganó la elección con más de 36% de los votos. Javier Milei, opositor populista y libertario obtuvo 30%. Ambos pasaron a la segunda vuelta.

La sorpresa llegó porque en las elecciones primarias (Paso) Massa quedó tercero, atrás de Milei y de Patricia Bullrich, candidata del Juntos por el Cambio.

En la presidencial de primera vuelta los candidatos Schiaretti y Bergman, el primero de una escisión peronista con fuerza en Córdoba y la segunda de la izquierda marxista, respectivamente, completaron las candidaturas presidenciales.

Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta llevan en sus mochilas cargas pesadas.

Massa es el ministro de Economía de un país destrozado por la inflación galopante. 140% anual y remarcaje de precios a cada rato desquician a los sectores productivos y pasan su peor factura los más pobres de los pobres. Pero Massa gana la elección superando sus vacíos y dificultades de unas elecciones primarias donde el aparato de campaña no se movió. Los analistas coinciden en señalar que en la primera vuelta toda la maquinara pesada del partidismo y los operadores políticos (punteros, les llaman) se pusieron a trabajar a revienta calderas.

Massa es además representante de una tendencia del populismo más rastrero y corrupto de la historia argentina. Más de 100 juicios pendientes adornan a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner quien además preside el Senado y se escuda en la inmunidad parlamentaria.

Massa fue del Partido Justicialista (PJ, peronista) intendente (alcalde) de Tigre, una localidad del norte de la capital. Fue alto cargo en el gobierno de Néstor Kirchner, al frente de la institución encargada de las pensiones jubilares, la Seguridad Social y después jefe de Gabinete de Cristina Fernández.

Massa se alejó del peronismo kirchnerista y formó su propio partido, el Frente Renovador, moderado, equidistante de los poderes tradicionales, se disfrazó como de una tercera vía, fue legislador y luego de una tercera posición en las elecciones presidenciales de 2015 ganó otra vez una curul y llegó a la presidencia de la Cámara de Diputados.

Pero como los hijos pródigos vuelven al rebaño, aceptó el ministerio de Economía en este gobierno de Alberto Fernández y ayudó a hundir a la Argentina en otra gran crisis económica de las tantas que ha tenido el país austral.

Parece incomprensible que el ministro de una economía en ruinas gane una elección.

El día de la elección la ex presidenta se mostró indiferente por la candidatura de Massa, en la noche la tarima no tenía los colores del kirchnerismo, no subieron los dirigentes y el mensaje marcaba distancias, acaso por táctica de campaña. Ni una bandera alusiva al kirchnerismo y un discurso moderado de nuevo, como de estadista y conciliador por la unidad como en el año 2015. Viejo zorro, aunque sea relativamente joven.

El candidato presidencial Sergio Massa habla tras conocerse los resultados de la primera vuelta de las elecciones argentinas, hoy, en Buenos Aires (Argentina). El aspirante peronista a la Presidencia de Argentina, Sergio Massa, el candidato mas votado en los comicios de este domingo, se comprometió a formar un Gobierno de unidad en caso de ganar la segunda vuelta de las elecciones el 19 de noviembre. EFE/ Enrique García Medina

Su contrincante Javier Milei representa una fuerza libertaria crítica con los partidos, a cuyas cúpulas desprecia con el remoquete de ‘la casta’. Su histrionismo, su radicalismo y la catarata de insultos que arrojó a diestro y siniestro le dieron popularidad, pero quizá se agotaron en las elecciones primarias. No creció ni un punto porcentual, podría tener un techo. Se parece a los fenómenos de la derecha dura como Trump o Bolsonaro.

Partidario de suprimir la educación pública y dar un baucher a los pobres para que paguen educación privada (en un país donde esa conquista social está muy arraigada) la donación de órganos, el porte de armas y sus supuestas conversaciones con su perro muerto lo muestran con sus estrambóticas formas.

Los paseos con una motosierra, asustaron a una población que prefiere el trabajo fijo o las pensiones y ayudas sociales a la incertidumbre de apuestas audaces. No sé si todo el lodo esparcido en la primera vuelta le alcanzará para captar votos de quienes no se lo dieron en la primera vuelta. La apuesta por sus teorías extrañas en nombre de la libertad, y viendo fantasmas socialistas por doquier no cuadraron con el discurso conciliador de la noche de la victoria donde arremetió contra el kirchnerismo de nuevo, pero apeló a juntar los votos de todos los que se opongan a la plaga peronista y kirchnerista que tanto daño le ha hecho a la Argentina.

El candidato presidencial argentino Javier Milei, con una motosierra, indicando cómo va a recortar el gasto público.

Tras asumir el domingo con un discurso atildado su derrota, Patricia Bullrich tomó una decisión polémica. La noche del martes cenó con el ex presidente Mauricio Macri y con Milei. El miércoles anunció su apoyo sin condiciones.

El anuncio de Bullrich provocó un terremoto en el frente Juntos por el Cambio. Gerardo Morales, Gobernador de Jujuy y miembro de la Unión Cívica Radical de trayectoria la criticó, ‘no se puede tomar partido por un loco’, dijo, igual cosa sucedió con Losteau, otro dirigente de esa tienda. Horacio Rodríguez Larreta, ex precandidato perdedor con Bullrich y ex jefe de Gobierno de Buenos Aires y dirigente del PRO de Macri, se pronunció como neutral y 10 gobernadores de la coalición mostraron esa misma postura. Elisa Carrió también exhibió sus diferencias con la posición de Bullrich.

Estaba claro, Bullrich y Macri no consultaron su apoyo a Milei con nadie y la fractura de la coalición puede ser definitiva.

Milei y Bullrich se abrazaron el miércoles en el set del programa a Dos Voces de TN y atrás quedaron las duras críticas. El libertario le dijo a Bullrich asesina montonera en la campaña. Bullrich se defendió diciendo que nunca fue del grupo terrorista de Los Montoneros. Pero sí de la Juventud Peronista.

Otra realidad compleja es aquella del dibujo de las curules parlamentarias. La mayor fuerza la tiene el peronismo, un segundo bloque fuerte es el de Juntos por el Cambio y sus facciones y luego los de Milei que son una modesta minoría.

La verdad es que la derrota del frente opositor más tradicional es evidente. Otra verdad tan grande como una catedral es que los votos no se endosan, ya puede Bullrich decir misa, pero si a los que votaron por ella no les parece bien aliarse con Milei todo podría favorecer al populismo peronista y kirchnerista de Sergio Massa.

Argentina enfrentará el 18 de noviembre una elección entre el vértigo populista del viejo peronismo reconvertido y el nuevo populismo de derecha extrema y sin estructura. Una elección electrizante para un país complicado por la crisis, la inflación, a inseguridad y la corrupción.

La candidata Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, participa en un acto tras los resultados de la primera vuelta de las elecciones argentinas, hoy, en Buenos Aires (Argentina). El candidato peronista y ministro de Economía, Sergio Massa, dio hoy la sorpresa al revertir los sondeos y ganar la primera vuelta de las elecciones argentinas, para enfrentarse en el balotaje el próximo 19 de noviembre al aspirante de la Libertad Avanza, Javier Milei, quien ganó en las primarias el 13 de agosto. EFE/ Matias Martin Campaya

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