El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo este martes que los ataques de las fuerzas aéreas, navales y terrestres israelíes sobre la Franja de Gaza son un «éxito extraordinario», al cumplirse un mes de la guerra contra el grupo islamista Hamás, que ha dejado más de 11.700 muertos.
«Me gustaría decirles que lo que vemos sobre el terreno, a partir de los informes que recibimos el Gabinete de Guerra y yo, y las conversaciones con comandantes y soldados es un éxito extraordinario», dijo Netanyahu, al visitar la base militar Tzelim, a unos 25 kilómetros de la Franja de Gaza, según un comunicado oficial.
«Es cierto que hay problemas. Hay vehículos aéreos no tripulados, artefactos explosivos improvisados y fuego antitanque. A veces hay pérdidas muy dolorosas, pero en general, el éxito es fenomenal», añadió el primer ministro, mientras ya suman 348 los soldados israelíes caídos en esta guerra.
«No pretendemos detenernos, pretendemos continuar hasta el final», subrayó, en medio de una presión internacional cada vez mayor para un cese el fuego humanitario en la Franja de Gaza, donde unos 1,5 millones de palestinos han sido desplazados en medio del colapso de los hospitales y la escasez de agua potable, alimento, medicinas, electricidad y combustible.
Israel declaró la guerra a Hamás el 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista que dejó más de 1.400 muertos y más de 230 rehenes, mientras que la ofensiva israelí en la Franja de Gaza ha dejado más de 10.300 muertos, casi 26.000 heridos y 2.450 desaparecidos, la mayoría civiles.
Por otro lado, en un mensaje televisivo desde el cuartel general militar de Kirya, en Tel Aviv, Netanyahu se dirigió sus ciudadanos para asegurarles que «la guerra avanza con una fuerza que Hamás nunca ha visto».
Estas declaraciones surgen el mismo día en que el Ejército de Israel anunció que sus tropas, «por primera vez en décadas, están combatiendo en el corazón de la ciudad de Gaza», la principal urbe de la Franja.
«Hamás está descubriendo que estamos llegando a lugares a los que pensaba que nunca llegaríamos», recalcó Netnayahu, quien al inicio de la guerra prometió borrar al grupo islámico de la faz de la Tierra.
En la Guerra de los Seis Días de 1967, Israel ocupó la Franja de Gaza, un territorio del que se retiró en 2005 pero que desde entonces mantiene bloqueado por aire, tierra y mar.
El primer ministro hizo eco de declaraciones previas del ministro de Defensa, Yoav Gallant, al reiterar que «no habrá un alto el fuego sin el regreso de los rehenes», unas 240 personas -entre ellas bebés, mujeres y ancianos- que los milicianos de Hamás secuestraron el día del ataque.
Aseguró que habló con la Cruz Roja para exigir la liberación inmediata de los rehenes, y para que sean visitados por paramédicos a fin de garantizar su bienestar.
También reiteró su advertencia a las milicias del sur de Líbano, especialmente el grupo chií Hizbulá, de mantenerse al margen del conflicto.
«Responderemos con fuego pesado a cualquiera de sus ataques contra nosotros», dijo Netanyahu, advirtiendo que el ingreso formal de Hizbulá a la guerra sería «su peor error”.
Desde que estalló la guerra entre las fuerzas israelíes y Hamás, la frontera entre Israel y Líbano vive su peor escalada desde 2006, con un constante intercambio de fuego que hasta el momento no es considerado como una guerra abierta. EFE (I)