Los familiares del joven Carlos Javier Vega, de 19 años, que murió de un disparo por parte de militares cuando iba en un carro que supuestamente intentó evadir un operativo de control, la mañana de viernes 2 de febrero, al sur de Guayaquil, ha anunciado que demandará al Estado, según ha reportado la revista Vistazo.
Su padre ha negado de manera airada que su hijo sea terrorista, como ha sido descrito en las redes sociales del Bloque de Seguridad, tras la muerte del chico, el sábado 3 de febrero, en el Hospital del Guasmo.
El muchacho había salido con su primo, Eduardo Vega, a vender un perro en los exteriores de la Universidad Politécnica Salesiana cuando se toparon con el operativo y retrocedieron al no poder avanzar, según la versión de los familiares.
Al retroceder chocaron un vehículo militar, y entonces dice el sobreviviente haber escuchado detonaciones. «Me doy cuenta que mi primo estira el brazo. Llego a la (avenida Domingo Comín) y paro me bajo a pedir ayuda y llegan los militares que me disparan. Les digo ´no me hagan nada´. Me gritaron al piso, al piso», ha relatado al noticiero de Oromar.
Esa misma noche, a las 20h00, la cuenta de X de las Fuerzas Armadas publicó un tuit en el que afirmaba que «durante una operación militar de ámbito interno en Guayaquil, dos presuntos terroristas fueron aprehendidos ante intento de ataque a un retén militar«.
Carlos Xavier Vega murió al día siguiente, mientras un fiscal formuló cargos por «ataque y resistencia» en contra del sobreviviente Eduardo Vega, pese a que quedó demostrado que ninguno de los dos se encontraba armado, ni se encontraron drogas en el vehículo, ni ninguno de los dos tienen antecedentes penales.
Eduardo Vega es taxista, según ha dicho.
El joven que murió tocaba el bajo en el grupo musical de una iglesia cristiana. “Estaba haciendo los trámites para ingresar a la universidad porque él me dijo que quería estudiar comercio exterior, deseaba ser un gran empresario”, comentó Laura Ipanaqué, madre de la víctima, citada por Vistazo.
