La audiencia

Ricardo Noboa

Guayaquil, Ecuador

Había sido convocada para el 31 de mayo de 2023. Pero el demandado argumentó errores en la foliatura y la audiencia no se dio. Se volvió a convocar para el 22 de junio del mismo año. También se suspendió debido a que el abogado del demandado presentaba un cuadro de “rinofaringitis” y no podía hablar. El demandado tenía dos abogados, pero el que estaba sano había renunciado unos días antes.

Conveniente. Se volvió a convocar para el 18 de julio. En esta ocasión el abogado que se había enfermado previamente, presentó su renuncia a continuar patrocinando el caso y hubo además una “amenaza de bomba” en la corte.

Por cuarta vez se volvió a convocar audiencia para el lunes 31 de julio de 2023, tiempo durante el cual el demandado debía contratar nuevos abogados.  De pronto, el 28 de julio, es decir un día hábil antes de la audiencia (porque el fin de semana no existe en lo procesal) a las 15:25 de la tarde apareció en el sistema SATJE (que es público) una “razón” indicando que el tribunal tenía un nuevo juez en mérito a un “cambio administrativo”.

Es decir que la composición del tribunal se alteró un día antes de la audiencia.

También en esa misma fecha el demandado designó nuevos abogados.  La audiencia se llevó a cabo con el nuevo juez el lunes 31 de julio. Ocupó buena parte de la tarde. Al terminar la audiencia el nuevo juez (que dirigió la audiencia) la suspendió para emitir resolución… al día siguiente.

Usualmente en la práctica, al tratarse de casos complejos se toman unos días más.  La audiencia se reinstaló el 1 de agosto a las 10 am y se anunció la decisión: por mayoría se negó la apelación y por tanto la demanda. Las decisiones escritas se notificaron nueve días después, el 10 de agosto. Uno de los jueces salvó el voto con argumentos debidamente motivados.

Pocos meses después, en retaliación, fue cambiado de sala atentando contra la especialidad que, en razón de la materia, debe primar. Pasaron seis meses e investigando otros ilícitos, de manera totalmente casual, se descubre que todo fue amañado. Que se conspiró para obtener un resultado. Que en esa conspiración participaron varias personas, e incluso se creó un “troll center” para tratar de desprestigiar y amedrentar.

Que se manipuló a la justicia en beneficio propio. Cuento esto para que no vuelva a pasar. Lo cuento para que sirva de ejemplo y no se permita que un grupo de personas se organice para cometer delitos y causar daños a terceros a través de la manipulación de juicios y el alquiler de jueces. Lo cuento para que los abogados conozcamos de cerca casos que deben servir de precedentes para que no vuelvan a ocurrir. 

Finalmente, y luego del diferimiento de varias audiencias, los involucrados se encontraron con una audiencia que no pudieron diferir: la de formulación de cargos por delincuencia organizada. Y con una funcionaria a la que no pudieron corromper. 

Quito, 5 de marzo de 2024. El exasambleísta socialcristiano Pablo Muentes, y su mujer, Mónica Alvarado, durante la audiencia del Caso Purga, en la Corte Nacional de Justicia API/Daniel Molineros.

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