Cómo y por qué se desarrollan los pueblos

Carlos Cobo Marengo

Guayaquil, Ecuador

Son muchas las opiniones de expertos y académicos sobre cómo se crean las riquezas, cómo se malgastan y cómo se conservan. Debemos recordar que suelen ser múltiples los factores que explican el proceso de creación de riqueza en las sociedades y que yo haré mención solo a algunas de estas.

¿Cuál parece ser entonces el primer gran requisito para que sean posibles la prosperidad y el desarrollo? ¿Qué distingue y qué tienen en común las naciones más desarrolladas del planeta? El primer rasgo que emparenta a las naciones desarrolladas es el jurídico: El ingrediente básico en la consecución de la prosperidad es el Estado de Derecho y la estabilidad política e institucional. 

Solo se puede alcanzar un alto grado de riqueza si existe un marco jurídico adecuado con leyes que se respetan, con tribunales que velan por el cumplimiento de las normas, con sentencias que se ejecutan y con un marco constitucional claro, sólido y al margen de los vaivenes políticos. En la economía, lo que se produce, vende, invierte, compra y se trabaja se da bajo la protección de un manto jurídico de leyes justas y de instituciones capaces de administrar correctamente. Por eso, la base del progreso radica en sistemas jurídicos donde se protege la propiedad privada y se exige el cumplimiento imparcial de los contratos.

Otro factor importante para el crecimiento, el desarrollo y la prosperidad de los países es el sistema económico. Los tigres asiáticos como Taiwán, Hong Kong y Singapur, siendo pequeños Estados, atiborrados de personas, sin petróleo, casi sin agricultura ni recursos naturales, triplican el PIB per cápita de nuestros países. Estos han logrado una persistente reducción de la pobreza y una distribución más equitativa del ingreso en base a reformas que ampliaron la libertad económica. Sus reformas se basaron en la apertura al comercio internacional, la estabilidad monetaria y las reformas fiscales que incentiven la inversión, emprendimientos y creación de riqueza de los individuos.

Para finalizar, según el periodista y escritor de origen cubano Carlos Alberto Montaner, la forma en que podemos cambiar nuestra realidad los latinoamericanos viene también de la mano de causas morales y educativas. No podemos esperar producir de acuerdo con cierta idiosincrasia complaciente, y al mismo tiempo, pretender poseer los frutos de quienes producen y crean riquezas con mayor eficiencia que nosotros, así como también resulta ridículo, continuar con la desacreditada mitología tercermundista de que los ricos son ricos porque otros son pobres. 

No hay duda de que si queremos consolidar nuestro marco jurídico y promover el desarrollo de la economía, debemos educarnos también en el respeto a las leyes y las normas democráticas. ¿Cumplimos los horarios? ¿Respetamos las normas? ¿Somos respetuosos de cumplir con nuestros compromisos? Recordemos que la libertad, pero también la responsabilidad, son componentes en la lucha por el desarrollo y la prosperidad.

Más relacionadas