Parasitismo estatal

Leonard Quinde

Guayaquil, Ecuador

A veces, para comprender mejor ciertas problemáticas, es necesario utilizar ciertos símiles o metáforas que nos acerquen a la naturaleza del asunto y graficar de una mejor manera los fenómenos. En este caso, hablaremos de las relaciones humanas, pero no en el sentido romántico o filial, sino en las formas en las que interactuamos en el aspecto socioeconómico.

En ecología, a las asociaciones biológicas entre especies se les denomina simbiosis. Estas relaciones se pueden clasificar de distintas maneras. Sin embargo, la que es útil para graficar mi argumento es la que ocurre desde una perspectiva de los costos y los beneficios que obtienen cada uno de los participantes: el mutualismo, el comensalismo y el parasitismo.

El mutualismo es cuando ambos participantes se benefician y mejoran su aptitud biológica. Las acciones similares que ocurren entre miembros de la misma especie se denominan cooperación. Estas relaciones pueden realizarse por intercambio recurso-recurso, servicio-recurso o servicio-servicio. En las relaciones humanas, un intercambio recurso-recurso es el que realizamos en la gran mayoría de nuestras transacciones cotidianas.

Por ejemplo, al ir a la tienda entregamos nuestro dinero a cambio de algún producto que deseamos. El intercambio servicio-recurso lo podemos observar en nuestras relaciones laborales; los trabajadores usualmente le ofrecen un servicio a su empleador y este le da dinero por ello. Los intercambios servicio-servicio son mucho más difíciles de encontrar en el mundo animal, pero en las relaciones humanas los podemos encontrar en nuestras normas implícitas de reciprocidad; te ayudo cuando lo necesitas, esperando que tú hagas lo mismo cuando yo te necesite.

El comensalismo es una forma de interacción biológica en la que uno de los intervinientes obtiene un beneficio, mientras que el otro no se perjudica ni se beneficia. En otras palabras, una parte gana un recurso o un servicio sin la necesidad de intercambiar algo para obtenerlos. Desde mi punto de vista, esto ocurre en las donaciones desinteresadas. Sin embargo, alguien podría argumentar que el donante obtiene un beneficio al sentirse bien por ayudar o porque ayudar le permite mejorar su posición dentro de la sociedad al ser considerado como una buena persona. Por lo que diría que un mejor ejemplo se da cuando desechamos los residuos sólidos generados en nuestros hogares y luego un reciclador de base extrae de ellos ciertos recursos valiosos que luego va a vender.

En el parasitismo, uno de los participantes, el parásito, depende del otro, el anfitrión, y obtiene algún beneficio. En la mayoría de los casos de parasitismo, el anfitrión recibe un daño o perjuicio por parte del parásito en algún momento del ciclo. Básicamente, en este tipo de relación uno gana y el otro pierde. Existen varias relaciones tóxicas que podemos analizar en este apartado, pero para centrarnos en el objetivo de este artículo, hay una que es especialmente preocupante: nuestra relación con el Estado.

Desde el año 2012, los ingresos tributarios del Gobierno como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) se han mantenido en una franja aproximada del 13% al 14%, eliminando ciertos picos en el año 2015 (16.4%) y el año 2021 (12.6%). Es importante también destacar que estos ingresos han pasado de ser el 50% de los ingresos totales del Estado en el año 2012 al 68% de sus ingresos en el 2023. Todo esto mientras el PIB per cápita se ha reducido en un 5% comparando los años 2012 y 2022.

En otras palabras, no solo es que el Estado se ha asegurado de mantener sus ingresos tributarios en el transcurso de los años, es que además cada año aumenta su dependencia de esos recursos extraídos coercitivamente a los ciudadanos que han sido empobrecidos durante ese tiempo. Hay muchos otros factores que se pueden analizar, como si realmente todos y cada uno de los servicios que ofrece el Estado benefician a los ciudadanos o si estamos conformes con el servicio que brinda en asuntos vitales como la justicia o la seguridad, o si cumple con nuestras expectativas en la salud o educación pública.

Sin embargo, considero que la prueba más evidente de la relación parasitaria que el Estado representa en nuestras vidas queda bastante evidenciada con las cifras que he citado: el Estado gana mientras los demás ciudadanos perdemos.

Por si fuera poco, a los políticos no se les ha ocurrido una mejor idea que parasitarnos aún más con una nueva subida de impuestos. Considero que es momento de que los ecuatorianos pongamos a evaluación las funciones que queremos que tenga el Estado, busquemos reducir su capacidad para perjudicarnos y su motivación para hacerlo a través de una reducción del gasto público y lograr que este sea cada vez menos perjudicial para nuestras vidas. También es momento de que busquemos relaciones más sanas de cooperación fomentando los intercambios libres y voluntarios, a través de la inversión, la creación de empleo y de oportunidades para todos. Es momento de que apostemos juntos por un mutualismo que por fin nos permita salir adelante en este país.

El presidente Daniel Noboa y el ministro de Economía, Juan Vega Malo, en una captura de pantalla de la cadena nacional difundida por redes sociales la tarde del lunes 27 de noviembre de 2023.

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