La Asamblea Popular Bielorrusa, el principal órgano del poder popular en ese país, aprobó este jueves su nueva doctrina militar con la vista puesta en la guerra de Ucrania, las tensiones con Occidente y las armas nucleares tácticas desplegadas por Rusia en esa república exsoviética.
«Existen preocupaciones en relación a los sucesos en Ucrania: nos envían saboteadores y cosas por el estilo. Por ahora enfrentamos esto, pero seguimos más o menos relajados (…) Sin embargo, la situación puede cambiar en cualquier momento», alertó poco antes de la votación el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.
El mandatario, que este año cumple tres décadas al frente del país, llamó a no relajarse y prepararse ante posibles ataques desde el exterior.
La nueva redacción de la Doctrina Militar no introdujo cambios significativos y conservó el declarado carácter defensivo de la política militar bielorrusa, mientras que la Doctrina de Seguridad incluyó temas como la defensa de la familia tradicional, el desarrollo proporcional de las regiones y el incremento de la responsabilidad empresarial.
Lukashenko aprovechó la ocasión para blandir nuevamente las armas nucleares tácticas rusas emplazadas en territorio bielorruso desde 2023, al señalar que «no asustamos a nadie con armas nucleares, no atacamos a nadie», pero si Occidente ataca al país «recibirá una respuesta instantánea con todos los tipos de armas».
Recordó que hace muchos años Bielorrusia dispuso de las armas nucleares más modernas de su época y añadió que incluso tuvo la oportunidad de «abrazar» una ojiva nuclear estratégica.
«Posiblemente no sea necesario el retorno de armas nucleares estratégicas, pero sin duda alguna las armas tácticas deben estar presentes en territorio de Bielorrusia», recalcó.
Respecto a la guerra en Ucrania afirmó que los militares ucranianos ya están hartos de este conflicto, pero «ellos no pueden dar pasos por su cuenta, porque tras las espaldas del presidente (ucraniano, Volodímir) Zelenski, que quiere combatir hasta el último ucraniano, están los ejércitos de la OTAN y EEUU«.
Vinculó esta voluntad de Washington a la reciente aprobación de la ayuda de 61.000 millones de dólares, que calificó de «un importantísimo factor de escalada del conflicto en Ucrania».
«Resulta muy peligroso que entreguen misiles de largo alcance ATACMS» a Ucrania, añadió respecto a los suministrados por Estados Unidos a Ucrania, tal como se conoció esta semana.
Además, alertó de posibles represalias a los opositores, con los que mantiene un intenso pulso desde las elecciones presidenciales de 2022, en las que fue declarado vencedor por amplio margen y desataron las más intensas protestas de la historia del país.
«No olvidéis que todavía tienen aquí algunas propiedades. Les aconsejo olvidarse de estas propiedades, y no poner en riesgo a sus familiares. No daré más detalles. Ya sabéis las consecuencias», amenazó.
La Asamblea Popular de Bielorrusia, creada en 1996, y que es el principal órgano del poder popular tras el controvertido referéndum constitucional celebrado en marzo de 2022, boicoteado por la oposición, eligió este miércoles a Lukashenko como su presidente.
La oposición considera que el mandatario bielorruso podría aferrarse al poder incluso si dejase de ser presidente del país gracias al control de este órgano, que cuenta con amplios poderes políticos. EFE (I)