
José Gallardo Román
Quito, Ecuador
Las preguntas relacionadas con la seguridad interna del país fueron aprobadas en la consulta popular por amplia mayoría de votos, en un evidente reconocimiento de que la seguridad es indispensable para toda sociedad y de que la lucha que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional realizan con notable éxito en contra del narcotráfico, el crimen organizado, la extorción, el sicariato y otros delitos, debe ser mantenida y reforzada hasta lograr un alto nivel de erradicación de esos males.
En contraste, la pregunta relacionada con la inversión extranjera -factor básico del desarrollo económico- y de la creación de empleo, fue absurdamente negada. También fue negada la pregunta relacionada con el trabajo por horas, modalidad laboral que es practicada sin trabas y con indiscutibles beneficios sociales y económicos en los países más desarrollados del mundo.
La población, confundida por una prédica utópica, ilusa e irresponsable, votó en contra de la inversión extranjera y del trabajo por horas, mientras que los compatriotas que viven en Estados Unidos, España y otros países, que envían las remesas que alimentan a muchos hogares del Ecuador, votaron a favor de las mismas preguntas. ¿Cómo es posible que los ecuatorianos voten contra sus propios intereses, ya que sin inversión extranjera y sin reformas laborales, será imposible crear nuevos empleos para liberar a los jóvenes de las garras criminales?
Hace poco, los mismos grupos de irresponsables que promovieron el voto negativo en la consulta del 21 de abril, lograron que el pueblo decida suspender la extracción de cincuenta mil barriles diarios de petróleo de los yacimientos del Yasuní, sin embargo, que esa operación se realiza con un mínimo daño ambiental y que beneficia a todos los ecuatorianos con sus rentas fiscales, en especial a los habitantes del municipio del sector, y de que proporciona empleo debidamente remunerado a 1800 miembros del pueblo Auca, cuyas familias gozan de servicios básicos que no tienen otras comunidades indígenas. Ante ese despropósito en medio de la penuria fiscal que abruma al Ecuador, nos preguntamos ¿De dónde se obtendrán los más de dos mil millones de dólares para reponer lo que el fisco dejará de percibir y para desmontar las costosas instalaciones allí existentes?
En los años setenta del pasado siglo, gracias a que se inició la producción de petróleo, los ecuatorianos disponíamos de un producto personal bruto mayor que el de Chile, Colombia y Perú; pero, actualmente, a causa del pobre crecimiento económico del país, el per cápita de su pueblo es tres veces inferior al de Chile y dos veces menor al de Colombia y Perú ¿Qué ha pasado desde entonces? Que el Ecuador, a causa de la oposición ciega de muchos insensatos, que son manejados por unos pocos irresponsables, viene recibiendo una inversión extranjera anual menor a mil millones de dólares, mientras que los mencionados países reciben una inversión de al menos cinco mil millones y, en algunos años, de diez mil, veinte mil, treinta mil y hasta de cuarenta mil millones.
*General de Ejército, exministro de Defensa