
Ávila, España
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado su Informe de Perspectiva Económica Mundial donde analiza la situación económica global y advierte de algunos riesgos relacionados con los conflictos geopolíticos que estamos viviendo: la guerra de Ucrania, los ataques de los hutíes en el mar Rojo y las tensiones en Oriente Medio, que pueden afectar al precio del petróleo, entre otros factores. Sin embargo, el FMI considera que puede haber un aterrizaje suave y que los riesgos están equilibrados.
En relación con la región de América Latina y el Caribe, el FMI ha mejorado las perspectivas de crecimiento económico, situándolas en un promedio de 2% para el presente año. El director del departamento para el hemisferio occidental, Rodrigo Valdés, ha señalado que hay aspectos positivos, como la moderación de las tasas de inflación y la resistencia del mercado laboral, pero otros preocupantes, como la elevada deuda pública, los niveles de pobreza y el aumento de la criminalidad en algunos países, como Haití y Ecuador.
El caso de Haití es especialmente preocupante pues los grupos armados han tomado el control del país. Haití siempre ha tenido crisis políticas y sociales, pero la situación se ha agravado tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
En el caso de Ecuador, además del problema del narcotráfico y las bandas criminales, se ha sumado una crisis energética, que ha provocado apagones en varias ciudades del país. Además, persiste el conflicto diplomático con México originado tras la entrada de la policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, exvicepresidente en la época de Rafael Correa. México no debió conceder el asilo a un político que tiene causas pendientes con la justicia ecuatoriana, pero la decisión de asaltar una embajada va en contra del derecho internacional y no es de recibo.
Recientemente, Ecuador pudo cerrar un acuerdo con el FMI para recibir aproximadamente 4.000 millones de dólares en forma de créditos. Es bien sabido que los préstamos del FMI están sujetos a condicionalidad y a hacer reformas que contribuyan a equilibrar las cuentas, normalmente mediante subidas de impuestos (el gobierno de Ecuador subió hace poco tiempo el IVA al 15%) y reducciones del gasto público, a las que el gobierno se ha comprometido.
El FMI plantea que para lograr un mayor crecimiento económico hay que apostar por la consolidación fiscal. En este sentido, cabe destacar el esfuerzo del gobierno de Milei en Argentina por equilibrar las cuentas públicas, aunque está por ver si el ajuste es sostenible en el largo plazo y si va a cumplir su compromiso de dolarizar, pues empiezan a surgir dudas sobre ello. Ciertamente, sin estabilidad monetaria y fiscal es difícil lograr tasas de crecimiento económico sostenibles que reduzcan los niveles de pobreza.
Si desagregamos los datos por países, podemos destacar que Venezuela es el país al que el FMI pronostica un mayor crecimiento económico, del 4% del PIB, seguido de Paraguay (3,8%) y Uruguay (3,7%). Por el contrario, se pronostica un decrecimiento en Argentina. El informe revisa al alza la previsión de crecimiento de Brasil y a la baja la de México.
Los informes del FMI son interesantes por los análisis que se exponen, pero las previsiones de crecimiento son sólo eso, estimaciones que normalmente se van actualizando y que muchas veces son erróneas. Hay que destacar, por otra parte, la gran dependencia que tienen los países de la región con la financiación del FMI y con los ajustes que pide este organismo internacional. Al final, el FMI no deja de ser un acreedor privilegiado que quiere recuperar la inversión, pero cuyos programas tienen un historial muy elevado de fracasos.
Como señala Ian Vásquez: «Es importante recordar que el FMI, en teoría, otorga créditos de corto plazo a los países a condición de que estos realicen cambios en sus políticas públicas. Esto, sin embargo, no ha contribuido a que los países establezcan economías de libre mercado. Al contrario, el Fondo ha creado “adictos a los créditos”» (La Ilustración Liberal).
En definitiva, existen muchos retos pendientes de cara al futuro de la región, especialmente en materia económica y de seguridad (donde destaca el caso de éxito de El Salvador). Al igual que en otras regiones, los factores geopolíticos tienen un impacto importante, pues repercuten en los precios del petróleo, en la evolución de los tipos de interés, etc. En este sentido, el evento más importante del año serán las elecciones presidenciales de EE. UU., que se celebrarán en noviembre.
