La Feria del Libro de Quito está «secuestrada» por el correísmo, señalan intelectuales y periodistas

Varias voces critican el «sesgo político» en la Feria del Libro que se llevará a cabo en Quito. Entre los más críticos están los escritores Miguel Molina y Arturo Moscoso.

La Feria del Libro de Quito que se llevará a cabo bajo la tutela del Municipio de Quito, comandado por el alcalde correísta Pábel Muñoz, es objeto de críticas. Esto por un sesgo «político y la participación de autores alineados con la izquierda radical y el correísmo», destaca diario La Hora.

Este medio realizó una exhaustiva investigación sobre la agenda de la Feria del Libro e indicó que «hay fuerte presencia de temas políticos, como el evento ‘Ficciones de la justicia / Justicia de la ficción’, donde se discutirá el ‘lawfare’ (que lleva adelante el correísmo como agenda).

«Este es un término utilizado por políticos de izquierda para referirse a la supuesta persecución judicial de líderes socialistas, concepto popularizado por el expresidente Rafael Correa y los líderes del socialismo del siglo XXI», indica La Hora.

La denuncia del medio de comunicación se destaca que la Feria están presentes académicos, legisladores, exministros y familiares de funcionarios municipales, todos cercanos al correísmo o de esa línea partidista.

Y se detalla por ejemplo a Fausto Rivera Yánez, Valeria Coronel (actual Secretaria de Cultura), Esteban Mayorga, Alicia Ortega y Daniela Alcívar quien fue funcinaria de Jorge Yunda, feminista radical de extrema izquierda quien ya se le acusó en su tiempo de «no democratizar la presencia de autores e intelectuales en el Centro Cultural Benjamín Carrión».

El medio destaca que «son los autores que participan en más eventos, lo que genera inquietud sobre la equidad en la distribución de las actividades. Aunque se sabe que a los invitados se les paga, aún no se conoce cuánto ni si el pago es por evento o por toda la feria».

A estas críticas se suman Arturo Moscoso y Miguel Molina. Molina, por ejemplo critixó duramente la «exclusión de prominentes figuras del ámbito literario ecuatoriano». Dio, cómo ejemplo, el nombre de Simón Espinosa Cordero, miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y uno de los más grandes intelectuales del país. A quien Moreno lo tildó de «marginado de este importante evento literario, por razones ideológicas». «Es una pena porque, por su edad, él ya tiene 95 años, quizá ya no lo tengamos mucho tiempo», expresó para La Hora.

No obstante, Molina destaca que «no cree que la Feria del Libro sea en si correísta pero que sí hay un sesgo y una corrupción a la hora de escoger a los participantes, hay seis o cinco eventos de gente cercana a los organizadores y a Leonardo Valencia, por ejemplo, le invitan sólo a uno», declaró el autor de Cuadernos de la lluvia (Seix Barral) para La República.

Por su lado, Arturo Moscoso, dijo que está edición «será tan mala como las anteriores» y criticó que hay un «círculo cerrado de escritores (la mayoría de tendencia de una izquierda radical) que no permiten la entrada de nuevos talentos»

La agenda de la Feria del Libro, según Moscoso, también ha sido influenciada por discursos políticos, mencionando específicamente el discurso del expresidente Rafael Correa sobre las persecuciones políticas y lamentó que se le esté dando un tinte político a un evento que debería centrarse en promover la lectura y la literatura, concluyó para La Hora.

Una feria que excluye a las provincias pequeñas

El gestor cultural Pablo Virgili Benítez, en su red social X expresó su descontento por la Feria de Quito por un motivo muy particular: la exclusión de provincias pequeñas. En un comunicado colgado en X, dijo:

«Trabajo a diario por el fomento de la lectura en Imbabura y logramos firmar un convenio con la Casa de la Cultura de la Cultura núcelo de Imbabura», pero detalló que por los cambios administrativos de esa entidad el acuerdo no pudo más. Pues el acuerdo fue entre el Imbabura Geoparque Mundial y esa entidad pública. Luego precisó que buscó convenios con empresas grandes pero tampoco obtuvo resultados.

Sobre la FIL Quito expresó que «a las provincias pequeñas nadie las mira». Destacó que la mayoría de invitados a la Feria son de Quito, Guayaquil y Cuenca.

Sin embargo, concluyó que «apoya a la Feria» a pesar de la exclusión y la inequidad por ser un espacio de difusión del libro «a pesar que lo defiendan desde lo mediático las mismas personas de siempre», expresó. «Minetras tanto, nosotros desde acá, ‘desde nuestro país pequeño’ lucharemos porv establacer la lectura como el hábito que necesitamos», concluyó Benítez.

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