
En un discurso por el día internacional de Naciones Unidas contra el consumo de drogas y el tráfico ilegal, celebrada en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco mandó un mensaje contundente contra la producción y el tráfico de drogas y calificó a los narcotraficantes como «asesinos» y tildó las leyes de liberación de drogas como una «fantasía».
En el catequismo de la semana, Francisco reflexionó acerca del uso excesivo de drogas. Pidió que se incrementaran los esfuerzos de prevención y tratamiento para adictos y que merecen que se respete su dignidad humana como hijos de Dios.
El Papa Francisco rememoró su tiempo como pastor en Buenos Aires, donde fue testigo del devastador impacto del «paco», una droga hecha con residuos de cocaína, que ocasionaba estragos. Esta experiencia personal inspiró uno de sus principales objetivos: visitar a los adictos en recuperación durante sus viajes al exterior.
Francisco instó a toda la sociedad a mostrar valor y actuar con determinación para combatir esta plaga que «produce violencia y siembra sufrimiento y muerte».
Las leyes y propuestas que buscan la liberalización del consumo de drogas fueron criticadas por Francisco, y afirmó que esto solo aumentará su uso.

“Una reducción de la dependencia de las drogas no se consigue liberalizando el consumo de drogas”.
Francisco compartió su convicción de que es moralmente correcto finalizar con el tráfico y la producción de estas sustancias peligrosas, citando el impacto destructivo que tiene en el medio ambiente, sobre todo en la cuenca amazónica.
Un llamado a la prevención y a la educación
Para contrarrestar el abuso y el tráfico de drogas, el Papa subrayó la importancia de la prevención por medio de la educación en valores que construyen la vida personal y comunitaria. Llamó a acompañar a los necesitados y darles esperanza para el futuro.
«Ante la trágica situación de toxicodependencia de millones de personas en todo el mundo, no podemos ser indiferentes».
Igualmente solicitó a la sociedad a detenerse ante las situaciones de fragilidad y dolor, y a oír el grito de la soledad y la angustia.
Según Ecuavisa, el obispo de Roma destacó los esfuerzos de la Iglesia en la lucha contra las drogas, donde mencionó a la red de La Pastoral Latinoamericana de Acompañamiento y Prevención de Adicciones (PLAP).