A ningún dictador se lo saca por la vía democrática

Mario Pazmiño

Quito, Ecuador

Venezuela va camino a un derramamiento de sangre. Los sucesos de las últimas horas, como que los colectivos chavistas se tomaran los recintos y las principales ciudades, para defender a su líder sin importarle los resultados electorales, es un presagio y reafirma que el objetivo de Nicolás Maduro: perennizarse en el poder, irrespetar el mandato popular y utilizar a las instituciones chavistas, como el Consejo Nacional Electoral, para perpetuar el fraude y proclamar a la comunidad internacional que su dictadura no se va.

El pueblo venezolano debe entender que a los dictadores no se les saca por la vía electoral o democrática, se lo hace por las armas, que es el único lenguaje que entienden.

Las Fuerzas Armadas Bolivarianas, institución encargada de acuerdo con la Constitución de hacer respetar el mandato popular ganado en las urnas, se ha convertido en el brazo armado de un partido político y de un contumaz dictador. Es una vergüenza ver a soldados bolivarianos portar un uniforme sin conciencia del dolor de sus compatriotas, que gritan y exigen libertad. Una mafia armada, llamada Ejército, que prefieren el servilismo a cambio de dádivas y prebendas personales, es una imagen grotesca y burda de lo que no debería ser la milicia o un cuerpo armado que se respete.

Venezuela se debate hoy en día entre resignarse a morir como esclavos del socialismo o luchar para sacar al dictador y su sequito de Miraflores. Una contienda electoral en que la comunidad internacional fue testigo de como la democracia ha sido pisoteada ante la mirada del mundo entero, siendo cómplices de una dictadura que busca perennizarse.

Como dijo la patriota venezolana María Corina Machado hoy Venezuela se juega su existencia y este proceso electoral es hasta las últimas consecuencias: o sacan a Maduro y lo ponen en la cárcel o siguen viviendo de errantes por el mundo.

Una vez más, la frase del dictador Iósif Stalin se ha cumplido: “no importa quién vota, sino quién cuenta los votos”. Una realidad que el pueblo venezolano no quiere reconocer y sigue pensando en que las instituciones y sus funcionarios van a hacer respetar su voto, pero es un eufemismo. Cuando esas instituciones, supuestamente garantes de los derechos del pueblo han sido penetradas por el socialismo y sus dirigentes responden servilmente a sus caudillos, no se puede esperar otra cosa que un fraude impuesto con la complicidad de las Fuerzas Armadas Bolivarianas y del dictador Nicolás Maduro.

Varios ejemplos a lo largo de la historia nos han permitido comprender que a las dictaduras socialista solo se las derrota cuando existe unidad y una férrea convicción de lucha: Alemania Oriental (1989), las protestas masivas y manifestaciones que llevaron a la caída del Muro de Berlín y la eventual reunificación alemana con la caída del dictador Erich Honecker; Checoslovaquia (1989), la dictadura de Gustáv Husák, fue derrocada por la lucha social llamada “La Revolución de Terciopelo”; Polonia (1989), las huelgas y protestas lideradas por el sindicato Solidaridad, que resultaron en la negociación de elecciones libres y la eventual caída del régimen comunista del dictador Wojciech Jaruzelski; Rumanía (1989), la  revolución social incluyó protestas masivas, enfrentamientos violentos y el juicio y ejecución del dictador Ceaușescu.

A Venezuela se le terminó el camino de las urnas luego del fraude del domingo, pero se le abre el camino de la revolución por la libertad, en donde mueren combatiendo una dictadura o de esclavos hasta el final de su vida.

CARACAS (VENEZUELA), 17/08/2024.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, saluda a simpatizantes en una manifestación a favor de su Gobierno, este sábado en Caracas (Venezuela). El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo que este sábado se registraron más de un centenar de movilizaciones a favor del chavismo en todo el mundo, que -aseguró- se sumaron a la que se llevó a cabo en Caracas y en otras ciudades del país caribeño, en respaldo a su cuestionada reelección en las elecciones del pasado 28 de julio. EFE/ Miguel Gutiérrez

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