El papa Francisco envía un mensaje para Ecuador

El papa Francisco envió un videomensaje a Ecuador en el marco del 53° Congreso Eucarístico Internacional, que se inaugura este domingo 8 de septiembre del 2024 en Quito. Sus palabras llegaron mientras él visita países de Asia y Oceanía.

«Me alegra poder participar, aunque sea desde la distancia», dijo el pontífice a los cerca de 4 000 participantes en el evento. Las actividades se celebrarán hasta el próximo 15 de septiembre bajo el lema de «Fraternidad para sanar el mundo».

Tras destacar que «las lecciones que podemos acoger de la Santísima Eucaristía siempre nos sorprenden», Francisco mostró su satisfacción porque entre todas «estas enseñanzas, ustedes han querido escoger la de la fraternidad, como condición esencial para un mundo nuevo, un mundo más justo, un mundo más humano».

La fraternidad permite «caminar juntos». Es «así como crecemos como hermanos, es así como crecemos como Iglesia, unidos por el agua del bautismo y acrisolados por el fuego del Espíritu Santo». Se trata de una «fraternidad honda, que nace de la unión con Dios» y que «debe ser, además, proactiva».

«Un ejemplo de ello, que me viene a la mente ahora, es un pensamiento de una religiosa alemana muerta en el campo de concentración de AuschwitzÁngela Autsch», dijo.

«Antes incluso de ser detenida, siendo ya evidente el mal que se cernía en el mundo, ella invitaba a sus pequeños sobrinos (…), a sus parientes algo alejados y a aquellos que permanecían devotos, a rebelarse contra ese mal con gestos sencillos. Y, en ciertos ambientes, peligrosos, a acercarse lo más posible al Sacramento del altar, a rebelarse comulgando».

Francisco consideró que «para incitar a la comunión frecuente, sobre todo en el ámbito de la oración por el papa y la Iglesia que en ese momento estaba perseguida, era encontrar en la Eucaristía un vínculo que refuerza el vigor de la Iglesia misma (…), entre sus miembros y con Dios».

«Para ella era ‘organizar’ el entramado de una resistencia que el enemigo no puede desbaratar, porque no responde a un designio humano», agregó.

Por eso «estos gestos sencillos son los que nos hacen más conscientes de que si un miembro sufre, todo el cuerpo sufre con él, son ellos los que nos ayudan a hacernos cirineos de Cristo, que tomó sobre sí el peso del dolor del mundo para sanar el mundo».

Es la primera vez en 20 años que el Congreso Eucarístico Internacional se celebra en Latinoamérica, desde que en 2004 lo acogió Guadalajara (México). El papa Francisco designó Quito como sede con motivo de la conmemoración de los 150 años de la consagración de la capital ecuatoriana al Sagrado Corazón de Jesús.

El Congreso, que se celebra cada cuatro años, ha comenzado este domingo con una gran misa campal en el Parque Bicentenario. Allí alrededor de 1 700 niños y niñas recibieron su primera comunión. EFE

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