Posdata

Juan Diego Vivanco Vieira

Baños de Agua Santa, Ecuador

Y por aquí, imagino que al igual que en otras partes, ya se va sintiendo más y más el palpitar de una campaña electoral que está a la vuelta de la esquina.  Ahora que ya se conoce las listas de los partidos políticos concursantes, tenemos una visión más clara de lo que son esta retahíla de candidatos y candidatas a presidentes y vicepresidentes, así como ese incontable número de candidatos a asambleísta nacionales y provinciales con sus respectivos séquitos y todos sus alternos (que habrá que investigar).

De esta descomunal élite política, aparecerán viejos y nuevos rostros que vendrán a ser ministros, secretarios, gobernadores, jefes políticos, directores zonales, distritales y un montón de cargos públicos habidos y por haber; cargos que por lo general son cuotas políticas y de poder que, a fin de cuentas, resulta ser el mismo vino en diferente botella. 

Si nuestros ánimos no se inclinan por el voto blanco o nulo, por alguien nos tocará votar, y es aquí, donde las cosas se complican; ya que, a más de tener que buscar el candidato idóneo, medianamente decente y que armonice, al menos en algo, con nuestras expectativas éticas y morales, así como con nuestra visión ideológica y política.

Además, tendremos que lidiar con una absurda y maliciosa modalidad (impuesta por quién diablos) del voto “en plancha” para la selección de asambleístas, misma que podría permitir y prácticamente permite que estemos obligados a votar y volvamos a elegir a la misma calaña de individuos que hemos tenido que aguantar durante tantos años y que, por el contrario de ser un aporte para nuestro pueblo, son un lastre para el desarrollo y un insulto a la inteligencia, a la dignidad y a la democracia.

Seguramente habrá y debe haber, dentro de esa infinidad de candidatos a asambleístas, gente honorable y bien intencionada que realmente quiere sacar adelante el país. Habría que esperar que, en el caso de ser electos, estos no sean marginados o invisibilizados, desacreditados, vilipendiados y amedrentados, y que por sobre todo sean funcionarios incorruptibles que no se dejen seducir por la fama, el dinero y el glamour, ( ya que todo eso es superfluo y momentáneo) y que se dediquen a luchar por liberarnos de esa mediocridad malintencionada y abusiva acostumbrada  a manejar a su antojo los poderes del estado siempre a favor de la corrupción, la mafia y una narco-oligarquía que retoza plácida y silenciosa sobre la ley y la justicia. 

 16 son los candidatos a la presidencia de los cuales sólo dos irán a la segunda vuelta. A fin de cuentas, no importa quién vota, sino quién cuenta los votos; esto, no lo digo yo, sino que lo dijo alguien muy conocedor en la materia, el dictador ruso Joseph Stalin.  Lamentablemente el CNE, uno de los Cinco Poderes del Estado, ha sido escenario de críticas y cuestionamientos que, por decirlo suavemente, es una entidad con una poca, pero muy poca credibilidad. Para muestra, sólo basta con voltear un poco y mirar atrás en la historia.

 ¿Quiénes serán los ganadores? Dentro de pocos meses lo sabremos y los resultados pueden pintar tan absurdamente disparatados, como pueden reflejan lo que pronostica la estadística y las encuestas sobre un marketing político que cada vez se vuelve más astuto e ingenioso, así como también agresivo, impúdico y tenebroso.

¿Quiénes serán los que irán a la segunda vuelta? Luisa, Topic o Noboa. No sé por qué, pero estos nombres me hacen pensar en la impunidad, la violencia y la desgracia. ¿Quién podría ser el outsider? ¿Tabacchi?, ¿Cucalón?, ¿Iza?, ¿Andrea Gonzáles?, ¿Granja?, ¿Víctor Araus?, ¿Kronfle?, ¿Rabascall? o ¿Saquicela? ¿Quién sabe si en la última pelea tengamos un empate técnico entre Tillería y Sánchez?  Nada es imposible en nuestro querido país; también podría ser que Cueva o quizás Escala arrasen con todos y uno de ellos gane en una sola vuelta. Sólo el destino y “la voluntad del pueblo”, es decir el CNE, lo saben, y por supuesto, todos quienes financian y mueven los hilos de esta desfigurada democracia y maltratado país.  

En cuanto a nosotros, el pueblo, sólo nos queda orar y pedirle a Dios que nos ilumine y nos dé valor, coraje y cabeza fría al momento de votar, meditándolo bien y no manejados por la pasión, el fanatismo y el odio; sino más bien, procurando revestirnos con la armadura del guerrero humilde, siendo siempre gratos y temerosos de la justicia divina.    

Afortunadamente existe el voto y éste es aún secreto, así que podemos al menos todavía decidir si queremos votar por quienes nosotros lo creamos conveniente, augurando días mejores, o también podemos, ponernos desde muy temprano en la mañana a pintarrajear caricaturas y dibujar garabatos en las incólumes y virginales papeletas electorales.

Un poco de arte urbano no cae nada mal en un largo día de elecciones. Pensaría que, en esta ocasión y para casi todas las papeletas, las dos opciones son irreprochablemente válidas… Al menos por ahora. Ya veremos lo que nos depara el futuro. Ojalá que, si se da una segunda vuelta no tengamos que elegir entre la peste o el cólera. Ojalá llegue el día en que podamos conversar tranquilamente y sin tantas preocupaciones, cara a cara y con el aroma de una taza de buen café o un buen vaso de vino. Hasta entonces, mantengámonos siempre atentos al acontecer nacional.

 Afectosamente,

Juan Diego Vivanco Vieira

Cumbayá , jueves 15 de agosto del 2024 Movimiento Construye, en elecciones primarias, para elegir candidatos a Presidente y Vicepresidenta de la República y demás dignidades, en el Paseo San Francisco. Henry Cucalón y Carla Larrea Fotos:API /Rolando Enríquez

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