
Sean Combs, también conocido como Puff Daddy o Diddy, enfrenta más de 130 denuncias por abusos sexuales, lo que ha desencadenado una serie de acusaciones que podrían tener consecuencias legales graves. En septiembre, fue arrestado y acusado de tráfico sexual y otros cargos que podrían condenarlo a una vida en prisión. Las denuncias han crecido en los últimos meses, con más de 120 personas presentando nuevas acusaciones, incluidas 25 víctimas menores de edad, lo que ha ampliado significativamente el alcance del caso, según informa El País.
El caso de Combs ha generado comparaciones con el de Harvey Weinstein, quien también fue denunciado por decenas de mujeres en el contexto del movimiento Me Too. Sin embargo, el impacto del caso Combs parece estar en plena expansión, con miles de nuevas denuncias llegando a manos de abogados en un corto período de tiempo. La representante del Centro Nacional de Recursos contra la Violencia Sexual, Laura Palumbo, ha señalado que este caso es una continuación del Me Too, destacando su relevancia en la industria musical y otros sectores .
Además de los abusos individuales, Combs organizaba fiestas conocidas como «freak-offs», donde drogaba y violaba a sus víctimas, algunas de las cuales fueron grabadas sin su consentimiento. El abogado Tony Buzbee ha advertido que muchos colaboradores y personas influyentes podrían estar implicados en estos eventos, y sus nombres podrían salir a la luz próximamente. Este tipo de complicidad ha permitido que los abusos continúen durante años sin ser denunciados .