«Pasaré el resto de mis días en prisión y moriré aquí»- Alexéi Navalni en sus memorias

Bern (Switzerland), 17/03/2024.- A portrait of Alexei Navalny is seen as Russians living in Switzerland gather in front of the Russian embassy in Bern to take their vote during the Russian presidential elections and simultaneously protest against President Putin in Bern, Switzerland, 17 March 2024. The Russian presidential election vote takes place between 15 and 17 March. Four candidates registered by the Central Election Commission of the Russian Federation are vying for the post of head of state: Leonid Slutsky, Nikolai Kharitonov, Vladislav Davankov and Vladimir Putin. The team of late Russian opposition leader Alexei Navalny had called Russians to show their opposition to the elections and President Putin, by crowding voting centers on 17 March at midday. The protest was named 'Noon Against Putin'. (Elecciones, Protestas, Rusia, Suiza) EFE/EPA/JULIEN GRINDAT

Alexei Navalny estaba convencido de que su destino estaba sellado y que moriría en prisión, según los extractos de sus memorias publicadas por The New Yorker antes del lanzamiento del libro «Patriota», previsto para el 22 de octubre. En su diario, el líder opositor ruso escribió el 22 de marzo de 2022: «Pasaré el resto de mis días en prisión y moriré aquí». Además, detalló cómo la soledad y el aislamiento marcarían sus últimos días, reflexionando sobre no poder despedirse de sus seres queridos ni participar en eventos familiares.

Navalny, uno de los críticos más fervientes del presidente Vladímir Putin y conocido por su lucha contra la corrupción, fue encarcelado en 2021 tras regresar a Rusia desde Alemania, donde se recuperaba de un envenenamiento con una neurotoxina, el cual atribuyó al Kremlin. En febrero de 2024, a los 47 años, falleció en una prisión del Ártico, cumpliendo una sentencia de 19 años por cargos de «extremismo» que él siempre consideró políticamente motivados (Clarín).

«No habrá nadie a quién decir adiós (…) Todos los cumpleaños se celebrarán sin mí. Nunca veré a mis nietos. No seré el tema de ninguna historia familiar. No estaré en ninguna fotografía», agregó en esa entrada del diario.

En sus escritos, Navalny describe con ironía cómo era su rutina en prisión, trabajando siete horas al día en una máquina de coser y pasando tiempo sentado bajo un retrato de Putin, lo que denominaba «actividad disciplinaria». A pesar de la dura realidad de su encarcelamiento, nunca perdió el sentido del humor y, como señala Clarín, incluso bromeó sobre las apuestas con sus abogados acerca de la duración de su condena.

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