Defender la democracia y la libertad

Diego Montalvo

Quito, Ecuador

Ecuador atraviesa un momento complejo, como todo el mundo, pero no por las causas que aparenta ni de las que la coyuntura en sí habla. Guerras, extremismos, populismos y hambrunas azotan de manera simultánea el planeta. Al país, defender la democracia le ha costado dos paros de radicales líderes que con incendios a Quito buscaron radicalizarse y tener impunidad con terrorismo y barbarie, una “ola de violencia” que parece más bien orquestada políticamente que un fenómeno social.

Un correísmo depredador y sediento de poder que utilizó las dos estrategias antes mencionadas para generar caos y salir como “salvadores”, pero realmente es el grupo menos democrático que tiene el país actualmente. Tumbó a Guillermo Lasso utilizando medios aliados a los narcotraficantes y voceros de las mafias que supuestamente denunciaban y hoy se juegan nuevamente la carta con una Luisa González más mojigata y de discurso “blando”, incluso usan de binomio a un Diego Borja que gritaba junto a Gustavo Larrea “fuera, Correa, fuera”.

No obstante, sus intenciones siguen siendo las mismas: volver al poder para no salir nunca.

Ecuador sigue siendo una isla de democracia y libertad. El libre pensamiento sigue latente en el ciudadano y es capaz de reunirse, opinar, salir a un centro comercial, pasear en las calles sin temor a que un policía lo secuestre o lo lleve preso sin razón por sus ideas como ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela donde la tiranía es la ley.

Ecuador está recibiendo compatriotas que por la supuesta zozobra, que generara el propio correísmo desde las acciones y los discursos, se fue pero hoy está regresando porque en el extranjero no encuentra trabajo ni bienestar y se enfrenta a xenofobias extremas. Así mismo, gente de otras nacionalidades como también venezolanos que se fueron de Ecuador están regresando y se reencuentran con amigos y familiares y con caras nuevas porque a ellos también, en muchos casos, les va peor que cuando estaban en el país. Estamos acogiendo a norteamericanos que quieren jubilarse o poner a sus jóvenes y niños en escuelas ecuatorianas, huyendo de los tiroteos masivos y de la decadencia social de la sociedad norteamericana.

La razón que Ecuador tiene una sociedad sólida, que cree en sus propios valores y defiende a la familia, la religión, la verdad y la democracia. Si bien, las instituciones del país se han ido debilitando y el Estado ha ido retrocediendo, la empresa privada está ganado poco a poco más terreno y se está fortaleciendo como en toda economía dolarizada. La desnutrición crónica infantil ha bajado (gracias a las labores del expresidente Lasso), la pobreza bajó un 0,2% según el INEC y es gracias a un dólar fuerte y estable, donde tenemos un inflación del 1,2% —una de las más bajas del mundo— y poseemos recursos naturales, como decimos en el Himno Nacional, a millares surgir.

Es nuestro deber defender la libertad y la democracia porque ese es el pilar del desarrollo. El problema en general es que nos empantanamos en los problemas actuales, cuando el tema de la solución energética es mirar a un cambio energético. Las hidroeléctricas son muy 2010 cuando el cambio climático era menos que ahora. Tenemos opciones de la energía eólica, la energía solar, la energía nuclear, la energía termoeléctrica y eso se puede apoyar a las tan caducas hidroeléctricas.

El tema es continuar con un modelo democrático, liberal y de libertad que se enfoque en que cada ciudadano pueda desarrollarse a su ritmo, gusto y gana (sin afectar al de al lado) porque si cada uno está bien, se siente un sentido de comunidad. Es imperante desterrar las migajas del Socialismo del Siglo XXI y del mal llamado “progresismo” que sólo infundió odio y resentimiento.

Dejar de creer en ideas marxistas como la lucha de clases. Eso impide un avance y está desconectado con la realidad. Es importante entender que en democracia se puede tener desarrollo. Noboa, Topic, Cucalón y Tabacci son los únicos que aspiran a mantener esa línea en el 2025. El elector sabrá decidir cuál será la mejor opción pensando en que Ecuador no puede caer en radicalismos, pensando que la población joven de entre 15 y 35 años es el 51% de habitantes y que muchos ya no quieren ni salir, sino más bien quieren emprender, hacer negocios e invertir en el país.

Vale la pena defender la democracia, más allá de que los medios metan sangre innecesaria en sus noticias o que en paraciencia todo es un caos. Lo importante es apostar para que la nación se abra las inversiones extranjeras y se dé un dinamismo económico, pero eso no depende sólo de un gobierno sino de nosotros mismos. Vamos allá.  

Quito 27 de Agosto 2024. Movimiento Construye inscribe sus candidatos para las elecciones 2025. Henry Cucalon y Carla Larrea API / DANIEL MOLINEROS

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