
Quito, Ecuador
La inhabilitación de Jan Topic como candidato presidencial ha desatado un fenómeno peculiar en la política ecuatoriana: la aparición de las denominadas “viudas de Topic”. Estas figuras, que hasta hace poco se mantenían distantes o incluso indiferentes hacia el excandidato, ahora claman solidaridad en un duelo que parece más teatral que sincero.
La velocidad con la que ciertos actores políticos han expresado su “dolor” resulta desconcertante. ¿Es este apoyo genuino o un cálculo político para captar la simpatía de los seguidores desilusionados de Topic? Las críticas al sistema electoral y las denuncias de “falta de justicia” se escuchan como un eco, pero cabe preguntarse: ¿realmente les preocupa la democracia, o están simplemente cazando el capital político que Topic dejó atrás?
El desfile de «viudas» incluye nombres como Luisa González, Tabacci, y Kronfle, quien llegó a afirmar que la inhabilitación de Topic le «dolió profundamente«. Incluso Jimmy Jairala insinuó que Topic sería un gran Ministro del Interior en su gobierno. Pero ¿dónde estaban estas voces cuando aún era posible influir en el proceso. ¿Por qué no se manifestaron frente al Tribunal Contencioso Electoral? Este silencio en momentos cruciales revela que las prioridades no eran defender la causa, sino esperar el desenlace para actuar según sus propios intereses.
El verdadero propósito del duelo
Más que lamentar la causa o al excandidato, estas «viudas» parecen estar disputándose el botín político que Topic dejó tras su salida. Este episodio no sólo evidencia la fragilidad de las lealtades políticas, sino también la habilidad para transformar cualquier giro de los acontecimientos en una oportunidad personal. Es claro que este circo de lamentaciones alimenta la banalidad de la política. No es el “dolor” lo que debería mover a los actores políticos, sino la reflexión profunda sobre su papel en los momentos decisivos.
Sin embargo, las expectativas de algunos de capitalizar políticamente la inhabilitación se desvanecerían rápidamente, ya que SUMA, intentando impedir el naufragio, postularía a Antonio García Reyes como reemplazo de Topic. García, conocido por sus vínculos con el correísmo y un notable parecido físico con Topic, parece ser parte de una “estrategia de reemplazo visual”. Este truco político busca evitar la percepción de cambio ante el electorado, minimizando el impacto de la transición.
SUMA y Topic insistieron en que el reemplazo fue elegido de manera democrática, a través de un portal web habilitado para postulantes y primarias que, según dicen, fueron “brutalmente democráticas”. Pero para muchos, todo parecía indicar un acuerdo detrás de la decisión; para otros, quizás más ingenuos, una mera coincidencia. Luego de la avalancha de críticas a la designación, SUMA y Topic terminaron reculando, dejando aún más expuesto el desorden interno.
La renuncia de Mishelle Calvache, compañera de fórmula de Topic, intensificó la crisis. En su declaración, calificó el proceso de selección como “manchado por improvisaciones y aventureros”, y señaló el evidente historial correísta de García, dejando al movimiento en una posición aún más vulnerable.
Finalmente, Wilson Gómez e Inés Díaz reemplazarán a Topic y Calvache en la papeleta electoral, lo que pone de manifiesto la improvisación y lo atropellado de un proceso que, en lugar de consolidar liderazgos, parece más una reacción desesperada ante la crisis interna del movimiento. Y, siendo esta designación menos ‘brutalmente democrática’ de lo que se insistió, surge la pregunta: ¿realmente representan a los seguidores de Topic y SUMA, o son simplemente una solución temporal sin un vínculo genuino con las bases?
Reflexión sobre el espectáculo político
El escenario actual refleja cómo las estructuras de poder en Ecuador manipulan las emociones y percepciones del electorado. Más allá de la ideología, lo que realmente importa para muchos actores políticos es cómo capitalizar las circunstancias, atrapando a los votantes entre la teatralidad del espectáculo político y el hambre por liderazgos auténticos.
Resulta urgente educarse políticamente y adoptar una postura crítica para desmantelar las narrativas que buscan confundir o engañar. Sólo una ciudadanía informada y dispuesta a cuestionar el statu quo puede demandar un liderazgo genuino. No se trata sólo de votar; se trata de exigir, de no conformarse con lo que nos dan y de rechazar cualquier forma de manipulación disfrazada de «cambio». Ecuador no necesita más “viudas dolidas”, sino liderazgos con integridad. El cambio no vendrá de las “lágrimas” políticas, sino de una ciudadanía que reconozca y ejerza su poder. Transformar el país está, al final, en las manos de quienes se atreven a exigir y actuar.
