
Guayaquil, Ecuador
Había que encontrarlo en una playa llena de gente. Tomaba tiempo, pero si uno se fijaba bien, había algo que lo destacaba. Un sombrero, una camiseta a rayas o cualquier detalle llamativo. Y Waldo, el personaje creado por el británico Martin Handford, aparecía. Este artículo no pretende hacer un análisis de cuánto puede influir el debate presidencial en las elecciones del próximo 9 de febrero. Personalmente creo que nada o muy poco. La polarización es tan grande que resulta imposible. Los costos o los beneficios del debate quedan para el cuarto de guerra de cada candidato. Sin embargo, existen algunos hechos destacables para el análisis luego de este “encuentro de candidatos” (más que debate) largo, confuso y tan lleno de gente como la playa de Waldo.
Quien se destacó nítidamente entre los 16 aspirantes fue la candidata González. Pero no Luisa sino Andrea. La joven candidata de Sociedad Patriótica cumplió a la perfección el rol de heredera de Fernando Villavicencio. Incisiva, mordaz y rápida, posicionó su mensaje enseguida: “el anticorreismo soy yo”. Era casi una misión. Y en tal calidad puso en aprietos a una Luisa que es muy mala en la polémica. En el round de las González, Andrea fue una clara ganadora.
Tabachi también posicionó su mensaje: “hay que hacer las cosas “rápido, juntos y ya” en base a una “mano dura, inteligente y justa”, palabras que repitió varias veces, como aseguran los “politólogos” que hay que hacer. Hizo preguntas y reflexiones incómodas, protestó a nombre de las mujeres e introdujo temas importantes. El presidente Noboa hizo lo suyo, a diferencia de Luisa. Y cerró muy bien. El tiene que mantenerse y no cometer errores. Eso aconseja el manual básico de la política.
Quedan tres largas semanas para las elecciones luego de un debate que viene muy temprano. Lo ideal es que el debate sea diez días antes de los comicios, pues de lo contrario el efecto que puede generar un debate tempranero se va diluyendo con el paso de los días. Los medios de comunicación podrán organizar programas especiales con los candidatos, pero otro debate como el del 19-E ya no habrá.
Otro hecho que marcó la jornada fue el ver a Leonidas Iza moderado. Parecía un socialdemócrata y no el anarquista que en realidad es. Quiere que nos quedemos con el Iza del debate y no con el que destruyó parte de Quito e incendió la Contraloría. Yo me quedo con este último pues es el que hemos visto en realidad. Iza es el coautor de “Estallido”, donde se refleja lo que quiere para el Ecuador.
Tillería cometió un error: jugar con el nombre del presidente al llamarlo “Rafael Noboa” por dos ocasiones y el presidente le devolvió el golpe, dado que “Tillería” rima con muchas palabras, no todas edificantes.
Difícil destacarse en estos “debates” entre ocho, sin embargo, es lo que tenemos. Al menos el domingo, Andrea González le puso su sello al debate y nos vuelve a plantear la misma ecuación del 15 de octubre de 2023: el 9 de febrero o gana la patria…o gana la mafia. Para el futuro nos quedan dos Waldos: Andrea y Francesco.
