
«Franco era un dictador dependiente», tanto del fascismo como de Londres y Washington, asegura en una entrevista con EFE el historiador Julián Casanova, autor de una nueva biografía del dictador español pensada para los lectores del siglo XXI.
‘Franco’ (editorial Crítica) pone el acento en el contexto que facilitó la permanencia en el poder del dictador Francisco Franco durante cuatro décadas (1939-1975).
Según Casanova, Franco fue un «dictador dependiente», «primero de los fascismos, también de Gran Bretaña que le marcaba el ritmo y después de Estados Unidos, vendiendo una parte de la soberanía a través de las bases».
Catedrático de Historia Contemporánea y experto en el siglo XX español, Julián Casanova admite su preocupación por el «ruido» que rodea a la figura de Franco «y sobre todo que los jóvenes empiecen a creer que la dictadura y la democracia son iguales».
Desde el punto de vista historiográfico, lo más novedoso del libro es la parte final, procedente de las filtraciones de Wikileaks, que contextualiza lo que sucedía mientras el dictador agonizaba.
Se refiere por ejemplo a las visitas a España de los expresidentes estadounidenses Richard Nixon, en 1970, y Gerald Ford, en 1975.
Casanova recuerda que gracias a las filtraciones de Wikileaks se supo que Nixon le dijo a Juan Carlos de Borbón «que no se preocupara por la democracia y que fuera simpático». En cuanto a la vista de Ford, señala que éste le trasladó a Franco que España «no debería apoyarse ya en la dictadura».

El libro aborda la trayectoria militar de Franco, el levantamiento contra la República española, sus relaciones con Hitler y Mussolini y, tras la Segunda Guerra Mundial y la caída de los fascismos en Europa, sus vínculos con el aliado americano.
También se detiene en cómo los Franco «usaron el patrimonio nacional como propiedad privada» y cómo se sirvieron de «la corrupción a escala masiva» para garantizar «la lealtad y fidelidad personal» o en el papel de la Iglesia.
Para quienes defienden hoy a Franco como «el modernizador» de España, por las políticas del desarrollismo, recuerda que no se pueden ocultar los costes sociales y de víctimas.
Casanova invita a no minusvalorar las señales de peligro de la democracia y pone el acento en la propaganda que circula en redes como TikTok.
«Nadie quiere advertir estas cosas, nadie se toma en serio la semilla de Trump, nadie se toma en serio el spa que van a montar en Gaza», alerta el autor de ‘República y guerra civil’ (2007) o ‘España partida en dos’ (2011). EFE (I)