Ecuador en un multiverso diferente

Joselo Andrade

Guayaquil, Ecuador

En algún lugar del multiverso, poco tiempo después de la elección de este domingo, alias “La Rana” y sus secuaces huyen del país tras enterarse de que la Fiscalía ha emitido una orden de captura en su contra. A Jorge Glas se le añaden decenas de otros casos de corrupción a sus ya varias sentencias judiciales, y se detiene en el extranjero al viejo líder de la banda, por años prófugo, llamado Rafael Correa.


Los miembros del caso ligados son arrestados, confiesan sus crímenes y revelan haber recibido instrucciones desde el ático de un país lejano. Cientos de chats encontrados en los celulares de los capos de la mafia y de líderes de bandas criminales señalan, una y otra vez, a la Revolución Ciudadana por su vinculación con casos de corrupción, y a sus líderes en la inacabable tarea de caotizar al país.

Ecuador se encamina hacia una nueva constituyente, y al parecer existe consenso para eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, desmontar el esperpento de Montecristi, y erradicar todo rasgo de lo que un día fue “el socialismo en el siglo XXI”, ideología perversa, empobrecedora, totalitaria y ligada al terrorismo, que tanto daño hizo al país.


Se cierran, por falta de pago, empresas clandestinas contratadas para instalar el relato correísta en redes sociales, y se descubren miles de libretos e instrucciones emitidas desde la clandestinidad por altos funcionarios del régimen revolucionario. En este escenario, poco a poco, empieza la tranquilidad y la normalidad a llegar a un país, por años castigado por el caos y la barbarie socialista.


Y por la calle se escucha a un padre decirle a su hijo: “¡Socialismo, nunca más!”. “Mijo, nos tomó años entenderlo, pero gracias a que ahora todo está tomando el rumbo adecuado, tú y tus hermanos tendrán un futuro diferente”. Mientras tanto, en una manifestación política, a pocos metros, se oye a la gente gritar: “¡Viva la libertad, carajo!”.

P. D.: Espero que después de este domingo, en el Ecuador en que nosotros vivimos, sigamos en libertad conversando.

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