
Andrés Román
Guayaquil, Ecuador
Mayo es el Mes de Concienciación sobre la Salud Mental, una oportunidad para reflexionar y actuar en favor de un aspecto fundamental de nuestro bienestar general. A lo largo de la vida, desde la infancia hasta la vejez, nuestras emociones, pensamientos y conductas influyen en cómo enfrentamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones.
La salud mental no es solo la ausencia de enfermedad; es un estado de equilibrio emocional, psicológico y social. Cuando ese equilibrio se rompe, pueden aparecer trastornos que afectan nuestra capacidad de funcionar, estudiar, trabajar o mantener relaciones sanas.
¿Qué son los trastornos mentales?
Las enfermedades mentales abarcan desde cuadros leves, como la ansiedad ocasional, hasta condiciones graves que limitan significativamente la vida diaria, como la esquizofrenia. Pueden afectar a cualquiera, sin importar edad, género o condición social. Se estima que 1 de cada 5 adultos presenta algún tipo de trastorno mental cada año, y que la mitad de los casos comienzan antes de los 14 años.
Algunos de los trastornos más frecuentes incluyen:
- Trastornos de ansiedad (fobias, pánico, ansiedad social)
- Depresión
- Trastorno bipolar
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
- Trastornos alimentarios (anorexia, bulimia, atracones)
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
- Trastornos del espectro psicótico (como la esquizofrenia)
- Trastornos por uso de sustancias
- Autolesión y conducta suicida
Contrario a mitos persistentes, estas condiciones no son signos de debilidad ni se superan “echándole ganas”. Son el resultado de factores biológicos, psicológicos y sociales, como la genética, experiencias traumáticas, desequilibrios químicos en el cerebro, o entornos altamente estresantes.
¿Cómo saber si necesito ayuda?
Distinguir entre el malestar emocional pasajero y un problema de salud mental no siempre es fácil. Algunos signos de alarma en adolescentes y adultos incluyen:
- Tristeza o irritabilidad persistente
- Cambios extremos de humor
- Dificultad para concentrarse o pensar con claridad
- Aislamiento social
- Cambios en el sueño o apetito
- Pensamientos suicidas
- Uso excesivo de alcohol o drogas
- Sensación de desesperanza o vacío
- En niños, la salud mental se refleja más en la conducta: bajo rendimiento escolar, rabietas frecuentes, pesadillas, ansiedad intensa, hiperactividad o agresividad pueden ser señales tempranas que no deben ignorarse.
La importancia del diagnóstico y el tratamiento
No existe una prueba médica específica para diagnosticar trastornos mentales. El diagnóstico lo realiza un profesional de la salud mental, como un psiquiatra o psicólogo, mediante una evaluación clínica basada en criterios definidos.
Una vez identificado el problema, el tratamiento puede incluir psicoterapia, medicación, cambios en el estilo de vida, o una combinación de estos. No hay una fórmula única. Lo que sí se sabe es que iniciar tratamiento temprano mejora significativamente las posibilidades de recuperación y calidad de vida.
¿Cómo apoyar a alguien que lo necesita?
Si conoces a alguien que podría estar pasando por un momento difícil, hay muchas maneras de ofrecer ayuda. Algunas recomendaciones son:
- Elige un momento tranquilo y privado para hablar.
- Escucha sin juzgar y con empatía.
- Evita frases como “anímate” o “eso le pasa a todo el mundo”.
- Pregunta cómo puedes ayudar, sin presionar.
- Anímalo a buscar apoyo profesional.
- Sé paciente: la recuperación es un proceso, no un evento.
- La prevención también juega un rol clave. Fomentar el bienestar emocional desde edades tempranas, con relaciones positivas, habilidades de afrontamiento, alimentación saludable, sueño adecuado y ejercicio, puede reducir el riesgo de desarrollar trastornos mentales en la adolescencia o adultez.
Mitos comunes sobre la salud mental
- “Los niños no tienen problemas de salud mental”. Falso. Muchos trastornos inician en la infancia y pueden afectar el desarrollo si no se tratan.
- “Tener una enfermedad mental es señal de debilidad”. No es verdad. Estas condiciones no reflejan el carácter de una persona.
- “No se pueden prevenir los trastornos mentales”. De hecho, intervenir en factores de riesgo como la violencia, el abuso o el estrés crónico puede reducir su aparición.
Un mensaje final
Nadie está solo. La salud mental es parte esencial de la vida y merece cuidado, atención y respeto. Este mes, y todos los meses, hablemos de salud mental con responsabilidad y sin prejuicios. Al hacerlo, ayudamos a construir una sociedad más empática, informada y saludable.
