
Guayaquil, Ecuador
Con el incremento en los casos de fiebre amarilla y tosferina en nuestro país y la obligación de estudiantes y profesores de ciertas provincias para usar mascarillas en los centros de estudio, se ha incrementado la demanda de mascarillas, gel antibacterial y medicamentos.
Ante esto la Superintendencia de Competencia Económica alertó de sobreprecios e irregularidades en la venta de estos productos y exhortó a la cadena de produccion y comercialización para que mantengan una conducta empresarial ética y que eviten prácticas anticompetitivas como abuso de poder de mercado e incremento de precios de forma injustificada.
Esto se da como respuesta a la escasez en farmacias y locales comerciales y las denuncias de incrementos excesivos en los precios de estos productos.
Aquí podemos ver claramente cómo nuestras autoridades desconocen totalmente de cómo funciona el mecanismo de precios y por qué los precios libres son esenciales para el buen funcionamiento de la economía.
Desde una perspectiva ética y moral ya desde el siglo XVI y XVII los escolásticos argumentaban que era licito lucrarse con los conocimientos propios y la ignorancia ajena, para esto utilizaban el ejemplo utilizado por Santo Tomás acerca de un mercader que, sabiendo que en el futuro existiría un incremento de la oferta que él tiene para la venta, se apresura a vender todo su stock antes de que bajen los precios.
Estos autores reconocían que el conocimiento y la sabiduría no pueden ser castigados. El conocimiento o la ignorancia de una persona no modifican «el precio justo». Sólo la abundancia o la escasez en el mercado afectan a los precios.
Un individuo puede adquirir conocimientos especiales de futuros embarques, ofertas, nueva legislación, o de variaciones en el valor de la moneda. El vendedor poseedor de estos conocimientos tiene el derecho de lucrarse con ellos.
Y desde un punto de vista netamente económico, los precios del mercado son señales que nos indican que bienes están siendo más o menos valorados en el mercado.
El aumento de los precios en las mascarillas nos indica no solo que hay más personas queriendo comprarlas, sino que no hay suficientes existencias para todos, por lo que se deberá racionar para quienes más las necesitan y estarán dispuestos a pagar más por ellas.
El aumento de precios será un indicador para que emprendedores e inversionistas tengan una idea de hacia dónde deben redirigir los recursos si desean beneficiarse, lo que incrementará la inversión en mascarillas y posteriormente dará como resultado una disminución de su precio cuando aumente nuevamente la oferta.
Si las autoridades continúan imponiendo controles de precios solo provocaran una futura escasez que perjudicará a todos los ecuatorianos. Si la superintendencia desea ayudar, se debe permitir la libre importación y facilitar la producción de mascarillas para aumentar rápidamente la oferta, todo lo demás, es solo un estorbo.
