
El primer enfrentamiento entre ADN y el correísmo ocurrió por la asambleísta Mónica Salazar. Ella fue electa como parte de al Comisión Especial para la Verificación de los documentos de cada legislador. Para la integración de dicha mesa se escogió a representantes de cada fuerza política. Sin embargo, Salazar abandonó la bancada del correísmo días antes de la instalación. “Traidora”, gritaron los asambleístas del correísmo.
El cruce entre el oficialismo y el correísmo llegó a los gritos y la directora de la primera sesión, Anabella Azín, pidió la intervención de la Escolta Legislativa.