La riqueza de las naciones

Carlos Cobo Marengo

Guayaquil, Ecuador

En los 250 años transcurridos desde la aparición del libro La riqueza de las naciones, los argumentos en favor del libre comercio han sido expuestos miles de veces, pero tal vez nunca expuesto con mayor sencillez y convicción que por aquel autor, Adam Smith. Este fundaba su idea en la defensa del libre intercambio comercial.

Smith postulaba que en todos los países, el interés de la inmensa mayoría de la población es, y debe ser siempre comprar lo que necesita a quien vende más barato, esto nunca habría sido puesto en duda si las interesadas falacias de mercaderes y fabricantes no hubiesen perturbado el sentido común de la humanidad.

Y el Ecuador no es la excepción, empresas formales del país se encuentra haciendo un llamado al Gobierno Nacional y entidades como el Ministerio de Producción, SENAE y SRI para que se tomen medidas contra la importación masiva de paquetes a través del sistema de 4×4 y lo califican como una distorsión peligrosa del comercio exterior.

Sus alegatos para justificar la imposición de un arancel al sistema es que se encuentra afectando el empleo, la producción nacional que se encuentra en desventaja, la salud pública y la recaudación fiscal.

Pero aquellos que de manera interesada presionan por obtener medidas arancelarias protectoras aducen argumentos que no se ajustan a la realidad. Es de esperar que el Gobierno y las autoridades no se dejen engañar.

La imposición de un arancel si bien podría beneficiar a ciertos sectores y los empleos que estos generan es prestar atención únicamente a un solo fabricante o industria y a las consencuencias inmediatas. Hoy los más beneficiados somos los consumidores porque podemos adquirir productos más baratos y de mejor calidad y al mismo tiempo obtener un ahorro para destinarlo a la adquisición de otros bienes, lo que por supuesto beneficiaria a otras industrias.

Y aunque el número de personas empleadas en este sector podría disminuir, aumentará la cantidad de personas dedicadas a otras actividades.

En definitiva, imponer nuevamente un arancel al comercio será causar un daño a la economía en general y reducir el nivel general de los salarios.

Si queremos industrias más competitivas no debemos seguir defendiendo el proteccionismo y las restricciones al comercio, la vía del crecimiento y la riqueza de una nación es la libertad, la facilidad para comerciar y hacer negocios, y los bajos impuestos y aranceles que permitan a la industrias competir en condiciones más favorables.

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