La religiosidad cae en Turquía pese a las políticas islamistas de Erdogan

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, gesticula durante un discurso en Bayburt, Turquía, el viernes 27 de noviembre de 2015. (Foto AP/Yasin Bulbul, Servicio Presidencial de Prensa, Pool)

El porcentaje de turcos que se consideran religiosos ha caído desde el 55 % de 2008 al 46 % actual, según una encuesta publicada este viernes y que, según un experto, muestra una reacción a las políticas de islamización de la sociedad del presidente Recep Tayyip Erdogan.

El sondeo, elaborado por KONDA, una de las principales empresas de estudios sociológicos, señala que el número de ‘no creyentes’ o ateos ha pasado en esos 16 años del 2 al 8 %.

Según señala a EFE Mustafa Şen, profesor de Sociología en la Universidad Técnica de Oriente Medio, en un país como Turquía donde la religiosidad se considera «de sentido común» y los encuestados suelen alinearse en público con los valores predominantes, esos datos señalan que el número real de personas no creyentes o no religiosas es mucho mayor.

«En una sociedad en la que es muy difícil decir abiertamente ‘soy ateo o no creyente’, un aumento del 2 % al 8 % es en realidad mucho más significativo», afirma Şen.

Erdogan y su partido islamista AKP llevan gobernando desde el año 2002, con una agenda cada vez más marcadamente islamista.

De presentarse en un inicio, o ser visto en Europa, como el equivalente en el islam de los partidos cristiano-demócratas, ha ido reforzando su postura de aumentar la presencia y la influencia de la religión en la vida pública y privada.

En un discurso hace ya seis años, insistió en su deseo de formar a una nueva generación de jóvenes religiosos y lamentó la escasez de profesores de religión y moral.

Según dijo entonces el dirigente islamista, en una sociedad más religiosa habría menos drogadictos, ladrones y alcohólicos.

En las elecciones presidenciales de 2023, que volvió a ganar, acusó a los líderes opositores de ser «infieles» que no rezan.

El levantamiento del veto a llevar velo en la universidad y oficinas y entre funcionarias públicas; un aumento paulatino de los impuestos al alcohol, prohibido en la tradición islámica; la equiparación del matrimonio civil y el religioso; y la promoción de escuelas religiosas son algunas de las medidas tomadas por los Gobiernos de Erdogan.

Según el profesor Şen, son tres los factores que han contribuido a que bajo Erdogan haya bajado el número de turcos que se consideran religiosos.

Por un lado, el proceso de emigración del campo a las ciudades que, según el experto, promueve el pluralismo que reduce la religiosidad. Por otro, la reacción provocada por la intervención del Estado en la vida privada a contracorriente de ese cambio sociológico.

Y, en tercer lugar, la «hipocresía religiosa» de un Gobierno que predica la honestidad y modestia asociada a la religión mientras muchos políticos viven en el lujo y se han ido sucediendo casos de corrupción bajo Gobiernos del AKP.

Erdogan ha asegurado que la próxima década será la de la familia y ha declarado la guerra a lo que llama «plaga LGBTI» y «ausencia de género», y mantiene que ganar ese conflicto depende de aferrarse a valores religiosos y conservadores. EFE (I)

Más relacionadas