Libertad económica, la asignatura pendiente

Carlos Cobo Marengo

Guayaquil, Ecuador

Es un hecho demostrado con evidencia empírica que cuanto más libre una economía, más prosperidad y crecimiento genera, esto significa no solo crecimientos económicos más elevados para las naciones que lo llevan a cabo sino también una mejora en la calidad de vida de sus ciudadanos.

El periodista y escritor Joseph Sobran decía que quejarse de que la economía libre favorece a los ricos es como quejarse de que la libertad de expresión favorece a los elocuentes.

La libertad para comerciar y la coordinación del mercado son el combustible para que haya progreso económico. Sin el intercambio y la actividad empresarial coordinada a través de los mercados, los estándares de la vida moderna serían imposibles.

La libertad económica en nuestro país se encuentra por debajo del promedio regional, según el Instituto Heritage en su índice de libertad, Ecuador es considerado una economía mayormente no libre, el gobierno continúa cada año aumentando el nivel de gasto, prefiere endeudarse y aumentar impuestos que eliminar el déficit y regulaciones para mejorar la vida de los ciudadanos.

Desde hace 20 años, no ha habido grandes avances para mejorar la situación del país. Actualmente de 184 países, nos encontramos en el puesto 113, teniendo que mejorar en muchos aspectos como los derechos de propiedad, la efectividad judicial, la libertad de inversión y financiera, entre muchos otros.

Pero, ¿por qué es tan importante que se avance en materia de libertad económica? Los datos demuestran que a mayor libertad económica, mayor PIB per cápita y mayores ingresos. Existe una relación directa entre libertad y riqueza: a mayor libertad más riqueza, y a menor libertad más pobreza.

Las economías calificadas como libres disfrutan de mayores ingresos que el resto de países. Además, cuanto más abierta y libre sea la economía de un país, mayor será la esperanza de vida de sus habitantes. Solo hay que ver dónde hay más esperanza de vida: ¿en Suiza o en Venezuela? ¿En Hong Kong o en Ecuador?

Nuestros políticos deben dejar de insistir en el aumento de impuestos, como forma para resolver los problemas del gobierno, cuando el verdadero problema es la falta de crecimiento, de trabajo y de inversión.

La solución: La apertura comercial, los bajos impuestos, la libertad de inversión y financiera, la delegación de los servicios al sector privado en libre competencia, la reducción del gasto público improductivo, eliminar nuestro caduco código laboral de 1938, y un gobierno sin déficit fiscal que se dedique únicamente a sus funciones esenciales como seguridad, salud y educación, y finalmente, dejar que los ecuatorianos sean libres de tomar sus propias decisiones.

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