
Guayaquil, Ecuador
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo el Ecuador es un 10% más caro que el promedio de la región, es decir, lideramos el ranking de costos de producción en Hispanoamérica. Según el viceministro de Producción, Inversiones y Pesca, Andrés Robalino el problema no es solo económico, sino también estructural e histórico.
La falta de competitividad de nuestro país incluye tanto la eficiencia empresarial y la innovación como los sistema de salud, educación, seguridad y otros servicios públicos que también son deficientes, pues suele haber un cambio constante en las reglas del juego, un caduco código laboral de 1938 que no se ajusta a nuestra realidad y más de una reforma tributaria con cada gobierno de turno.
Como si todo esto no fuera poco también contamos con un Estado e instituciones descoordinadas entre sí, que dan como resultado tramitología excesiva e inestabilidad jurídica, lo que espanta la inversión, detiene a los emprendedores y limita la oferta de empleo de nuestro país. En parte por estos motivos es que Ecuador recibe menos del 1% de su PIB en inversión extranjera, mientras otros países de la región superan el 10%.
Por otro lado, es una buena noticia y hay que reconocer el hecho de que el gobierno apueste por diseñar una política nacional de competitividad de largo plazo para atacar el problema, mejorar la situación e incentivar el crecimiento económico.
Se han dado avances significativos en algunos campos como en la firma de cada vez más tratados comerciales, pues nos permite aumentar nuestro nivel de exportaciones a otras partes del mundo, reducir costos de producción con la eliminación de aranceles y aumentar la seguridad jurídica para las empresas e inversionistas, pero todavía queda mucho por hacer.
Tenemos muchos otros temas pendientes, como la reducción del tamaño del Estado, pues éste no para de crecer, nuestra clase política se niega a disminuir el déficit fiscal consumiendo el capital que debería estar en manos privadas y servir a la inversión y creación de puestos de empleo.
Solucionar de una vez por todas la grave crisis por la que atraviesa el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, pasando de un sistema de reparto destinado al fracaso a un sistema de capitalización individual.

Necesitamos actualizar nuestro código laboral para que permita nuevas formas voluntarias de contratación, integrarnos financieramente al mundo, cerrar el Banco Central del Ecuador que en dolarización no tiene razón de ser y bajar impuestos, todas estas medidas permitirán hacer del Ecuador una nación libre y próspera.