La política juvenil es una consigna, no son dibujos

El asambleísta Dominique Serrano, de la bancada de ADN, mientras garabatea dibujitos durante una sesión de la Comisión de Fiscalización, el 3 de julio de 2025.

Emilio H. Morocho Abad

Guayaquil, Ecuador

¡Espacios para los jóvenes en la política! Esta ha sido la consigna con la que durante tantos años se ha luchado, misma que ha motivado a mucha gente a dejar su zona de confort y adentrarse en la vida política. Esto surge principalmente de los jóvenes universitarios, quienes en el momento más fértil de su aun corta existencia consideran necesario criticar, analizar, juzgar o solamente preguntarse: ¿todo lo que pasa es enserio correcto? ¿estos políticos -tradicionalmente de edades maduras y cerrados- me representan? Queridos lectores, este no es un artículo normal, este es un postulado motivado a que regresemos la mirada a la verdadera política juvenil, misma que no son dibujos en el parlamento, sino seriedad, lucha, rebeldía e inconformismo ante decisiones tibias, o mejor llamadas: “políticamente correctas”.

La historia del Ecuador ha sido marcada por varios momentos en los cuales los jóvenes han sido quienes tomaron la batuta cuando sus oportunidades eran truncadas, ejemplo de aquello es sin lugar a duda la heroica gesta de la lucha por la supresión de exámenes de ingreso a la universidad pública, un acontecimiento que marca un antes y después en el accionar político juvenil. Y es que no resultaría tan lejano de una narrativa literaria el decir que, en busca de un futuro mejor, varios jóvenes se levantaron un día y empezaron a tomar las universidades, esto como respuesta a un examen plagado de corrupción, inconsciencias, ineficiente por excelencia y además antiliberal, ya que se necesita ser un enemigo de la libertad para decirle a un joven lo que tiene que estudiar y no dejárselo a su propio juicio.

En gestas como la que acabo de mencionar no todo era solo idealismo, sino también valentía, porque hay que tenerla para que, aun sabiendo que la vida misma está en riesgo, tomar la decisión de ir y afrontar las injusticias ofreciendo hasta nuestro mayor bien como prenda para tener así la satisfacción del deber cumplido.

Eso es la política juvenil, el entregarse, el dar todo de si, el mezclar las obligaciones de un joven común con la de un activista político a tiempo completo, dando como resultado muchas veces el no saber como le sacamos tantas horas al día. Es por ello que el activismo político es respetable independientemente del bando al que se milite, claro que sería maravilloso que todos fueran pro-libertad, pero si algo nos puede enseñar el mundo publico es que no todo puede ser perfecto.

En ese sentido, me es obligatorio referirme a lo que hace unos días pudimos ver cuando un joven asambleísta fue encontrado haciendo dibujos mientras se fiscalizaba un caso profundamente sensible como el de la compra de los generadores a PROGEN, siendo este hecho algo muy controversial y a la vez el detonante para que aquellos opositores a la participación de jóvenes en política hablen y sostengan que su teoría siempre estuvo correcta. Ahora bien, esa teoría no estuvo correcta ni antes ni ahora. Es como que mañana yo escriba un artículo sobre la edad contemporánea de todos los políticos corrompidos que han hecho tanto daño al país, misma que es la llamada “edad madura”.

La crítica a la política no puede ser directa al colectivo, sino al sujeto que comete los errores, es por ello que debemos ser coherentes al momento de criticar. Por eso es oportuno preguntarnos, ¿qué demuestra entonces aquel inmaduro accionar del joven legislador? Simple, que no escogieron bien a la persona.

El Ecuador tiene una cantidad basta de políticos jóvenes preparados, o en proceso de ello, que bien podrían sumar a una fiscalización, claramente con su visión pura, amplia y optimista, cosas que a veces se nos olvidan pero que son muy importantes.

No caigamos en el engaño de que este es el momento de elegir gente “madura”, no, este es el momento de elegir bien. Si es un joven, pues elegirlo bien, saber quien es, a que se dedica, que ideología tiene, a quien tiene como referente, que busca hacer, y más inquietudes. No solo votemos por un partido, sino por quienes lo conforman. Ahora si ese partido lo conforman los mejores -a vuestro criterio- pues entonces si hagámoslo así. Y que bien seria que los partidos retornen a aquello, pero eso es materia de otro artículo.

Cierro con esto: la política juvenil es la respuesta a la injusticia, la voz del oprimido por el menosprecio cultural por ser menor, la rebeldía motivada por la energía propia de la edad, y finalmente es pasión, porque no hay nada mas apasionado que un joven político, porque este no sueña con un carro caro, sino con un país mejor y esta dispuesto a darlo todo por conseguir aquello. Si no es motivado por lo que acabo de mencionar pues entonces no es un miembro de la prodigiosa mocedad a la que formamos parte, sino que es un miembro joven del status quo que tanto daño ha hecho, o simplemente una marioneta, cosa que jamás un joven con convicción aceptaría ser.

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