Una de cal y otra de arena

Cuenca (Azuay), 30 de julio de 2025.- El presidente de la República, Daniel Noboa, junto con el ministro de Obras Públicas, Roberto Luque, participaron de la colocación de la primera piedra para la construcción del intercambiador Monay-IESS. Esta obra que mejorará la distribución del tráfico vehicular entre Cuenca y Azogues.

Joselo Andrade

Guayaquil, Ecuador

Me voy a permitir felicitar al gobierno de manera frontal por su decisión de reducir el número de ministerios en Ecuador, de 20 a 14, y de forma paralela, recortar el número de secretarías existentes. Es una decisión por demás acertada. Sin reparo alguno, un paso en la dirección adecuada.

En esa misma línea, reducir la burocracia desvinculando del Estado ecuatoriano a 5.000 funcionarios, según lo declarado oficialmente, representa otro gran acierto. Sin matices ni condicionamientos. Aunque para muchos pueda parecer “poco” y coincido, es un paso gigante y gratificante también.

Ahora bien, si esto se hizo con el fin de “cambiar a 5.000 por otros 5.000 de signo político diferente” (espero que no sea el caso; quiero creer que no lo será), me retracto, pues en ese escenario el recorte del gasto público sería ficticio. Reitero: si al final del ejercicio observamos una simple sustitución de unos por otros, no habremos avanzado.

En ese caso, ni siquiera podríamos afirmar que se avanza: simplemente “se marcharía sobre el mismo terreno”. En la práctica, se trataría de otro cambio que no produce efecto real sobre la economía ni su desempeño, y que solo constituiría una “maniobra política”.

En resumen —y esto es fundamental tenerlo en cuenta—, el autor de estas líneas suscribe íntegramente la frase del premio Nobel de Economía 1976, Milton Friedman, quien sostenía: “estar a favor de recortar impuestos bajo cualquier circunstancia, con cualquier excusa, por cualquier motivo, siempre que sea posible”. Esta idea es enteramente aplicable al recorte del gasto público.

Ahora bien, ¿por qué una de cal y otra de arena? Asumamos por un momento que en realidad nos encontramos ante el sano recorte del gasto público, de la desvinculación de 5000 funcionarios y la fusión y reducción del número de entidades públicas (Una de cal, aplausos de pie), pero al mismo tiempo tenemos (una de arena) ¡la contratación de 80.000 jóvenes durante 3 meses! (por Dios!).

Qué terrible! Aquí cabe la famosa expresión, “lo que haces con la mano lo borras con el codo”. Pero claro, tiene una explicación por demás obvia: Me peleo con 5000, pero gano 80.000 respaldos. Simple aritmética política.

Seguimos conversando.

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