
La Comisión Federal de Comunicaciones calificó como amenaza a la seguridad nacional a Huawei y ZTE, según el presidente de este organismo, Ajit Pai, el martes 30 de junio pasado. Al anuncio se sumó la decisión de bloquear el uso permanente de cualquier equipo o tecnología de estas empresas o sus filiales en las redes de comunicación de Estados Unidos o en las redes 5G del país.
Pese a esta amenaza, el presidente socialista de España, Pedro Sánchez en su viaje a China hizo un tratado con Xi Jinping para que el gigante asiático maneje la inteligencia y las redes móvilles en España a través de un software. Ante esto, la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard investiga ya si el contrato es un riesgo para la OTAN y las bases compartidas.
Así, la Casa Blanca le da a la Moncloa un mes para retirarse del convenio con Huawei o Estados Unidos incluso podría declarar a España como «enemiga para la seguridad interna de Estados Unidos«, según cita el ABC de España.
Estados Unidos sustenta su preocupación ya que consideran que Huawei, al estar sujeto a leyes chinas que podrían obligarla a colaborar con el gigante asiático, permitiendo el acceso del Partido Comunista Chino a información sensible.
España cada vez más excluida de las decisiones de la Unión Europea
La Comisión Europea ha advertido que los Estados miembros deberían restringir o excluir a Huawei de sus redes 5G, ante el riesgo que representa para la ciberseguridad. Thomas Regnier, portavoz de Soberanía Tecnológica de la Comisión, ha subrayado que la falta de una respuesta rápida expone a toda la UE a un «riesgo claro», aunque no mencionó directamente a España, segúun cita el medio Euronews.
Sin embargo, la exclusión de España a las decisiones de la Unión Europea son cada vez más evidentes. Pues cinco países de la Unión Europea Cinco firmaron un memorándum sobre la protección de Ucrania ante el ataque ruso.
El documento fue firmado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los mandatarios del Reino Unido (Keir Starmer), Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Friedrich Merz), Italia (Giorgia Meloni), Polonia (Donald Tusk) y Finlandia (Alexander Stubb). España fue excluida «tácitamente» según medios locales del país ibérico ya que la firma de Sánchez no consta en el documento.
Sánchez prefiere aliarse al progresismo latinoamericano
En Santiago de Chile, el pasado 20 de julio se reunieron el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, junto a los mandatarios de Chile, Brasil, Colombia y Uruguay, cuya cumbre fue publicado ese domingo una columna en el periódico chileno El Mercurio en la que subrayan la necesidad de «condenar las derivas autoritarias» y de defender la democracia como una «tarea urgente de nuestro tiempo».
Para los opositores del pprogresismo, esa cumbre fue tachada como «vergonzosa» ya que los mandatarios no lograron un acuerdo concreto pese a que el objetivo principal era unir el progresismo iberoamericano ppara evitar el avance de la «extrema derecha» en la región.
«Ante este escenario, no cabe el inmovilismo ni el miedo. Defendamos la esperanza. En un mundo cada vez más polarizado, como líderes progresistas tenemos el deber de actuar con convicción y responsabilidad frente a quienes pretenden debilitar la democracia y sus instituciones», afirmaron los mandatarios para EFE. (I)
