
El asesinato del senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay, del partido opositor de derecha Centro Democrático, es un «durísimo golpe» al acuerdo de paz de 2016, dijeron este martes los jefes negociadores del Gobierno con la antigua guerrilla de las FARC.
Dicho acuerdo contempla garantías para el ejercicio de la política y «programas de protección y seguridad» para la oposición, recordaron en un comunicado el exjefe negociador del Gobierno Humberto de la Calle y el ex alto comisionado para la Paz Sergio Jaramillo.
Sin embargo, los abogados del político asesinado han denunciado que la Unidad Nacional de Protección (UNP), que depende del Ministerio del Interior, ignoró al menos 25 peticiones para que se le reforzara la seguridad.
«Miguel Uribe era además la cabeza de la oposición política en Colombia, al ser el primer renglón de la lista al Senado del partido Centro Democrático. Por eso su muerte es también un durísimo golpe al Acuerdo de Paz de 2016», señalaron los exfuncionarios.
Uribe Turbay, de 39 años, murió este lunes en la Fundación Santa Fe de Bogotá, 64 días después de haber sido herido gravemente con dos disparos en la cabeza en un atentado perpetrado el 7 de junio cuando encabezaba un mitin político de cara a las elecciones presidenciales del año próximo.
«Siempre dijimos que un principio y un objetivo fundamental del Acuerdo era romper el vinculo entre política y armas», recordaron De la Calle y Jaramillo.
Los exnegociadores subrayaron que el acuerdo de paz establece que, tras el fin del conflicto armado con las FARC, debían establecerse «las máximas garantías posibles para el ejercicio de la política» y en particular se requiere «la promoción de la convivencia, la tolerancia y la no estigmatización» a los opositores que «no pueden seguir siendo palabras sin sentido».
La actitud de Petro
Por eso, los dos exfuncionarios criticaron la actitud «de desdén e indiferencia, por no decir de desprecio», del presidente colombiano, Gustavo Petro, frente a estos compromisos y frente a todo lo pactado en el acuerdo de paz.
Tras subrayar que «la paz y la seguridad son dos caras de una misma moneda», los exnegociadores lamentaron que el Gobierno ha abandonado a las regiones más afectadas por el conflicto armado, en las que puso el foco el acuerdo de paz, y que están en manos del «crimen organizado».
«Y si resulta cierto, como todo indica, que los responsables del crimen atroz (de Uribe Turbay) son las disidencias y en particular la llamada Segunda Marquetalia, veremos toda la dimensión de esta terrible equivocación. Que les caiga todo el peso de la ley», agregaron.
Una de las hipótesis sobre este crimen, tipificado como magnicidio por la Fiscalía, apunta a la Segunda Marquetalia, una de las disidencias de las FARC, y a uno de sus jefes, José Aldinever Sierra, alias ‘Zarco Aldinever’, como el supuesto mandante.
El ministro de defensa de Colombia, Pedro Sánchez Suárez, dijo ayer que se tiene información de que el ‘Zarco Aldinever’ fue asesinado en días pasados en Venezuela, al parecer en un ataque de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
«La historia de Colombia no tiene por qué repetirse si el Gobierno hace lo que tiene que hacer. Es imperativo que se tome en serio su responsabilidad legal y constitucional de proteger a la oposición política, como a los firmantes de paz (…) y fortaleciendo las tan debilitadas capacidades de inteligencia del Estado», concluyeron los negociadores de paz. EFE (I)