
Los militares iniciaron su retirada de las cárceles del país por disposicón gubernamental desde este 10 de agosto. Según informó el Ministerio de Defensa, el control de la seguridad interna y externa de ocho centros penitenciaros, de los 19 en los que pertenecían las Fuerzas Armadas, pasaron a la Policía Nacional. Esos centros son:
- Archidona, Napo
- Regional de Cotopaxi
- Jipijapa, en Manabí
- Santo domingo de los Tsáchilas
- Quevedo, en Los Río
- Turi, en Azuay
- Machala, El Oro
- Loja
Esta medida se toma parra que el personal militar refuerce controles en la frontera. El Gobierno había tomado esta decisión con informes de inteligencia que determinaban a las cárceles como centros de operación de los grupos criminales y así justificó la intervención militar permanente. Durante el tiempo de intervención de las Fuerzas Armadas ya no se registraron incidentes violentos como motines o masacres en las penitenciarías.
Sin embargo, hubo infiltración de grupos criminales en las Fuerzas Armadas, por lo que más de una docena de uniformados fueron detenidos por ingresar teléfonos, armas y drogas, a los centros penitenciarios.
Los uniformados continuarán temporalmente en 11 de los 36 centros penitenciaros del país, entre ellos los considerados más peligrosos, la Penitenciaria del Litoral, la Cárcel Regional de Guayaquil y la de Esmeraldas. (I)