
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, escenificará este jueves con su visita a Ecuador la gran sintonía que existe actualmente entre ambos países, con el Gobierno del presidente Daniel Noboa posicionado como uno de los principales socios en Latinoamérica para la administración de Donald Trump.
Las relaciones entre ambos países atraviesan su mejor momento en dos décadas, con Estados Unidos como principal respaldo internacional a la «guerra» lanzada desde hace año y medio por Noboa, mientras que el país norteamericano sigue como principal socio comercial de Ecuador pese a no contar con un tratado de libre comercio y el crecimiento del comercio con China.
Rubio se reunirá este jueves con Noboa con una agenda marcada por los temas cooperación y seguridad, en uno de los años más violentos del país andino, que cerró el primer semestre con 4.619 homicidios, la cifra más alta de su historia.
El secretario de Estado, quien en calidad de senador visitó Ecuador en febrero de 2023 y ya entonces calificó al país andino de «aliado estratégico», llega a Ecuador procedente de México.
Ya en esa visita de 2023, durante el Gobierno del conservador Guillermo Lasso, uno los ejes del diálogo fue el de seguridad, un tema que centra ahora la atención de Noboa, quien declaró a inicios de 2024 al país en un «conflicto armado interno» contra las bandas criminales, a las que pasó a llamar «terroristas».
Según la agenda oficial, Noboa, nacido en Miami (Estados Unidos), recibirá a Rubio a las 9:00 hora local (14:00 GMT) en el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia y del Ejecutivo para luego participar en una reunión con algunos miembros del gabinete.
De acuerdo a la agenda, a las 10:30 hora local (15:30 GMT) habrá una rueda de prensa con Rubio y la ministra de Relaciones Exteriores, Gabriela Sommerfeld.
Alineados contra Maduro
La visita de Rubio se enmarca en la agresiva campaña de EE.UU. contra las bandas con conexiones transnacionales, que incluye un gran despliegue militar con más de 4.000 marines, destructores o un submarino de propulsión nuclear en aguas del sur del Caribe, lo que ha provocado que Caracas acuse Washington de intimidación y de querer forzar la caída del Gobierno de Nicolás Maduro.
El martes, el Gobierno estadounidense informó de que el contingente llevó a cabo su primer ataque en la zona, destruyendo un barco que -según Washington- pertenecía al Tren de Aragua y había partido desde Venezuela con drogas a bordo.
La administración de Noboa ha mostrado un alineamiento con las disposiciones de Trump al declarar como organizaciones terroristas al Tren de Aragua y al Cártel de los Soles muy poco después de que lo hiciese Estados Unidos, mientras que también fue de los primeros países en reconocer como presidente electo de Venezuela al candidato opositor Edmundo González Urrutia.
En la lucha contra la criminalidad y el narcotráfico, el narcotraficante José Adolfo Macías Villamar (alias Fito), líder de la banda criminal Los Choneros, la más antigua y una de las más grandes del país andino, se convirtió en julio en el primer delincuente en ser extraditado a Estados Unidos desde que, a través de referéndum, permitiese nuevamente que ecuatorianos pudiesen ser entregados a la Justicia estadounidense.
Mientras, Estados Unidos ha ayudado a Ecuador a interceptar ‘narcolanchas’ que parten de las costas ecuatorianas con toneladas de cocaína rumbo a Norteamérica y Centroamérica, gracias a convenios de cooperación militar.
Referéndum sobre bases militares extranjeras
Por otra parte, Rubio llega en momentos en que los ecuatorianos se preparan para pronunciarse en una consulta popular -posiblemente en diciembre- sobre la posibilidad de eliminar la prohibición de establecer bases militares extranjeras en el país.
La prohibición a las bases militares extranjeras se impuso en la Constitución de 2008, promovida por el entonces presidente Rafael Correa (2007-2017), lo que implicó que Estados Unidos abandonara la base que ocupaba en la costera ciudad de Manta.
Rubio llega a Ecuador mientras Quito y Washington mantienen conversaciones para reducir el 15 % de aranceles impuesto por Trump.
Sommerfeld ha revelado que entre los diálogos de cooperación entre ambas naciones, Washington ha solicitado tener un convenio a través del cual el país andino podría recibir hasta 300 personas por año que sean enviadas por Estados Unidos.
Pero aclaró que no se trata de un convenio como el que EE.UU. mantiene con El Salvador para recibir presos, sino que es un «programa limitado, que responde solamente a personas refugiadas de ciertas nacionalidades, que no mantengan ningún tipo de antecedente de delincuencia» y que estén en buen estado de salud, entre otros. EFE
