
Quito, como capital es cada vez más escogida como refugio para ecuatorianos que buscan oportonudiades o que huyen de la violencia en otros puntos del país pero ahora también se ve un notable incvremento de personas en situación de movilidad humana, sobre todo venezolanos.
Pese a que Quito es una ciudad a la que se migraba por elección, muchos también lo hacen por necesidad. Es por ello que la capital de Ecuador se ha convertido en refugio para cientos de personas que no migran sólo por oportunidades, sino por otros motivos. Muchos migrantes también han retornado de otras partes del mundo y Quito es el epicentro de encuentro de ecuatorianos, venezolanos y colombianos deportados de Estados Unidos o de nacionales y extranjeros que han buscado una mejor vida afuera, pero al no hallarla se vuelven a refugiar en la capital.
Por ejemplo, el estudio elaborado por el Observatorio Nacional de Participación Ciudadana y Seguridad Integral evidencia cómo esta tendencia migratoria ha cambiado de rumbo. Si entre 2007 y 2017 la migración interna estaba motivada por la búsqueda de mejores oportunidades laborales, entre 2019 y 2025, con los años de pandemia como punto de inflexión, el motor principal ha sido el miedo o el reencuentro con amigos o familiares. Incluso tras las políticas migratorias de Donald Trump, Quito es epicentro de varias reagrupaciones.
Por ejemplo, se estima que unas 612.000 personas manifestaron su intención de migrar dentro del país, con Guayas como la provincia que más expulsa población, seguida de Esmeraldas, según el observatorio. No sólo la seguridad es atractiva sino que la perspectiva en la capital da una sensación de mayor estabilidad como por ejemplo para emprender o empezar una vida de nuevo.
Casa Sin Fronteras: un espacio para migrantes y refugiados
El Municipio de Quito inaugura un nuevo espacio para acoger a migrantes y personas refugiadas y sus familias. Si bien, la fecha estipulada es para el próximo 2 de octubre de 2025, en San Bartolo, en el sur, donde se inaugurará oficialmente la Casa Sin Fronteras–Centro Metropolitano de Movilidad Humana, un lugar destinado a brindar atención integral a personas en situación de movilidad humana, esta casa ya atiende desde inicios de este mes y la demanda cada vez es más alta.
Cada mes, unas 110 personas cruzan las puertas en busca de ayuda: reciben alimentos, apoyo psicológico, orientación legal y, sobre todo, un respiro en medio de la incertidumbre. Quienes llegan a la casa se quedan 15 días, sin embargo, el plazo se puede extender tras un análisis de la perspectiva de futuro.
Muchas están de paso, en tránsito hacia otros destinos; otras, en cambio, intentan echar raíces y empezar de nuevo en Quito. Pero los recursos no siempre alcanzan, y la demanda crece. (I)
