
El papa León XIV abogó este miércoles por una «verdadera conversión ecológica» del mundo y animó a la sociedad a «presionar» para que los Gobiernos desarrollen leyes y normativas «más estrictas» en esta materia.
Lo hizo durante su participación en la conferencia internacional ‘Raising hope’ organizado en la localidad romana de Castel Gandolfo para conmemorar el décimo aniversario de la encíclica medioambiental del papa Francisco, ‘Laudato Sì’ (2015).
«¡Demos gracias a nuestro Padre en los cielos por este don y esta herencia del papa Francisco. Se trata, en efecto, de desafíos hoy aún más actuales que hace diez años de tipo social, político y, sobre todo, espiritual porque exigen una conversión», dijo.
León XIV aseveró que, junto al compromiso de difundir el mensaje de esta influyente encíclica, «hoy se hace más necesario que nunca volver al corazón» porque solo así, dijo, «se puede dar una verdadera conversión ecológica» del mundo contemporáneo.
«Es necesario pasar de la recopilación de datos al cuidado; de los discursos ambientalistas a una conversión ecológica que transforme el estilo de vida personal y comunitario», insistió en el foro, que congregó a activistas como el actor Arnold Schwarzenegger.
En este sentido, advirtió de que «no se puede amar al Dios que no se ve despreciando a sus criaturas» y que «no se puede ser discípulo de Jesucristo sin compartir su mirada sobre la creación y su cuidado por lo que es frágil y está herido».
«¡Que cada uno de nosotros pueda crecer en estas cuatro direcciones: con Dios, con los demás, con la naturaleza y con uno mismo, en una actitud de constante conversión», auguró.
Por otro lado, el pontífice estadounidense y peruano recordó que su antecesor dejó escrito que «las soluciones más eficaces» para la crisis climática «no vendrían solo de esfuerzos individuales sino sobre todo de las grandes decisiones» políticas a nivel global.
«La sociedad, a través de organismos no gubernamentales y asociaciones intermedias, debe ejercer presión sobre los gobiernos para que desarrollen normativas, procedimientos y controles más estrictos», animó el papa.
Y agregó: «Si los ciudadanos no vigilan el poder político —nacional, regional y municipal—, no es posible contrarrestar los daños ambientales».
Por último, Prevost expresó su deseo de que las próximas cumbres internacionales en esta materia, como la COP30, la de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o la que prepara la ONU sobre el agua en 2026, «puedan escuchar el clamor de la Tierra, de los pobres, de las familias, de los pueblos indígenas, de los migrantes involuntarios y de los creyentes de todo el mundo». EFE (I)