
Miami, Estados Unidos
Desde finales del siglo pasado, situación que se acentúa cada día más, se puede apreciar que las personas que luchan por sus ideales y demuestran estar dispuestos a entregar sus vidas en el empeño, no cuentan mayoritariamente con el respeto y admiración de sus contemporáneos.
Quizás, en el pasado se valoró en demasía el heroísmo, pero prefiero esa consideración a apreciar que personalidades capaces del sacrificio por la bandera que enarbolan, son ignoradas o simplemente sustituidas por individuos que destacan por actividades que sin duda demandan talentos y habilidades, pero que no muestran la vocación de servicio por su comunidad de los primeros.
María Corina Machado y Jose Daniel Ferrer han demostrado una capacidad de sacrificio excepcional, una entrega que afecta a sus familiares, ambos, han dado muestras de una tenacidad, coraje y decoro que deberían se polo de atracción de quienes creemos en la libertad como la simiente fundamental de cualquier comunidad.
La líder política venezolana a través de la organización cívica Sumate, 2002, hizo gala de una energía y dedicación notable. Su trabajo en esa entidad fue arduo y dedicado, convirtiéndose paulatinamente en una dirigente a la que había que considerar parte de lo mejor de la reserva patriótica de Venezuela.
En una cuesta arriba muy fuerte, fue electa diputada a la Asamblea Nacional de Venezuela, comicios en que fue la legisladora que más votos obtuvo. Desde su curul, confronto al autócrata de Hugo Chávez diciéndoles las verdades que algunos callaban. Machado se convirtió en la enemiga más odiada del chavismo, situación que se concretó cuando fue golpeada brutalmente por un diputado sicario del sátrapa de Fidel Castro en Venezuela, golpiza, que fue presenciada con complacencia por el capo del narcotráfico, Diosdado Cabello.
María Corina, como ha ocurrido a través de la historia cuando los déspotas intentan quebrar a quienes les retan, se creció, y su esfuerzo conquistó los mayores logros, puesto que resembró la esperanza en la oposición y en la ciudadanía de que destruir el régimen criminal de Nicolas Maduro era posible.
Machado, consciente de los riesgos que conlleva oponerse a una dictadura y comprometida con la precaria legalidad que ofrece el dictador, aceptó el reto del régimen y desarrolló una estrategia que permitió acceder a los resultados verdaderos de las elecciones del 28 de julio de 2024. Su talento y tenacidad demostraron ser eficaces, convenció a todos, que el decoro unido a la disposición al sacrificio es imbatible.
Jose Daniel Ferrer es otro de los casos en los que se confirman hasta la saciedad el decir martiano, “Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”.
Con pesar lo reconozco, en Cuba, mi país, hay muchos ciudadanos sin decoro, pero nunca han faltado quienes tienen pundonor para repartir, como es el caso de Jose Daniel y de otros compatriotas que han ofrendado su vida a la Patria común o que han estado y están muriendo a plazos en las ergástulas castristas.
José Daniel ha demostrado hasta la saciedad estar comprometido con la libertad y el respeto pleno a la dignidad del hombre, como demostró al sumarse a la recolección de firmas para impulsar el Proyecto Varela, siendo apresado y condenado a 25 años de cárcel en la Primavera de Cuba, una oleada de arrestos en la que fueron apresados activista de derechos humanos y bibliotecarios independientes.
Permaneció ocho años en prisión sin hacer concesiones a la tiranía, siendo reconocido por Amnistía Internacional como preso de conciencia. No acepto ser desterrado y continuó la lucha por la libertad constituyendo la Unión Patriótica de Cuba, UNPACU, liderando acciones cívicas y de solidaridad con la comunidad carente de los más importantes recursos para la vida.
Su rechazo al sistema totalitario le ha causado numerosas detenciones, golpizas, torturas y confinamientos en solitario. Su solidaridad con los manifestantes pacíficos del 11 de julio del 2021 lo condujo de nuevo a prisión. Su heroísmo en las prisiones castrista donde fue cruelmente abusado por los esbirros del régimen y por mandato del alto gobierno, lo han convertido en un héroe merecedor del mayor respeto y del merecido descanso que le prepara para próximas batallas.

Jose Daniel y María Corina, quizás no se conozcan, pero están unidos indisolublemente en la historia por el compromiso de ambos con la libertad.