Los Reyes de Reino Unido protagonizan un acercamiento al catolicismo en Roma

Los reyes de Reino Unido, Carlos III y Camila, visitaron este jueves la basílica de San Pablo Extramuros de Roma, históricamente vinculada a la Corona británica, para participar en un acto en favor de la unidad de la cristiandad tras el histórico encuentro de la mañana con el papa León XIV.

Los monarcas accedieron a este templo, una de las cuatro basílicas papales, y en primer lugar descendieron al lugar en el que se encuentra el sepulcro del apóstol San Pablo.

Después, Carlos III, gobernador supremo de la iglesia de Inglaterra, y Camila, que para esta ocasión cambió el negro de la mañana por un vestido blanco, presidieron en San Pablo Extramuros un servicio ecuménico, es decir, por la unidad de los cristianos.

La ceremonia, de gran valor simbólico para ambas ramas del cristianismo, estuvo presidida por el arcipreste de esta basílica, el cardenal James Harvey, y por el abad Donato Ogliari, con la presencia del arzobispo de York, Stephen Cottrell, pues la primera arzobispa de Canterbury, Sarah Mullally, accede al cargo en enero.

Durante el rito, Carlos III fue declarado ‘royal confrater’ (hermano real) y se le entregó un escaño de madera con su escudo de armas y el lema ‘Ut unum sint’, título de una encíclica de Juan Pablo II que evoca un pasaje bíblico por la unión del cristianismo.

El trono quedará colocado en la basílica en recuerdo de esta visita calificada de «histórica».

«La bienvenida de hoy a Su Majestad da testimonio de los vínculos históricos entre Inglaterra y la basílica, celebra los avances logrados en el camino hacia la unidad cristiana y ofrece un signo de esperanza y compromiso para el futuro», celebró Harvey.

Además se rezó un ‘Padre Nuestro’ conjunto y se leyeron textos de John Henry Newman, teólogo y filósofo británico que pasó del anglicanismo al catolicismo y que el próximo 1 de noviembre será declarado Doctor de la Iglesia por León XIV.

Esta basílica está muy vinculada a la monarquía inglesa: hasta el cisma tenía a sus reyes como protectores, en su escudo se lee el lema de la Orden de la Jarretera y en 1966 acogió un encuentro histórico entre ambas ramas cristianas en el que el papa Pablo VI puso simbólicamente su anillo al arzobispo de Canterbury.

Por la mañana los reyes habían mantenido un encuentro con el papa León XIV, con quien el monarca británico presidió un rezo inédito en los últimos quinientos años, desde que la reforma de 1534 creara la rama anglicana y rompiera con la Iglesia de Roma.

El viaje de los reyes a Roma continuará después con el monarca participando en un encuentro en el Pontificio Colegio de Beda, un seminario que forma sacerdotes de la ‘Commonwealth’, y la reina viéndose con diez monjas católicas. EFE (I)

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