 
Estados Unidos celebra este viernes con disfraces, caramelos y calabazas Halloween, una tradición antaño limitada al día de hoy pero que se ha convertido en una ‘temporada’ que dura en torno a un mes, y en la que se prevé un gasto récord pese a la preocupación por la economía.
Según la Federación Nacional de Minoristas (NRF), la patronal del sector, el gasto relacionado con Halloween alcanzará 13.100 millones de dólares, casi un 13 % más que el año pasado, y marcará un hito, principalmente gracias a los disfraces (4.300 millones), las decoraciones (4.200 millones) y los dulces (3.900 millones).
La mayoría de los encuestados para los cálculos del NRF, un 79 %, dijeron esperar unos precios más altos debido a la política arancelaria de EE.UU., específicamente, pero aún así aseguraron tener alguna actividad planeada, la primera de ellas repartir caramelos, y muchos adelantaron sus compras a septiembre o antes.
En gran medida, Halloween sigue siendo una fiesta familiar para el disfrute de los más pequeños, que llaman a las puertas de sus vecinos al grito de ‘Trick or treat’ (Truco o trato) para ser premiados con caramelos y enseñar sus disfraces, entre los que triunfan los superhéroes, las princesas, las brujas y los fantasmas.
Los minoristas creen que cada estadounidense gastará de media unos 114 dólares, pero hay otros estudios, como el de la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), que eleva el gasto a 193 dólares para las personas solteras y a 445 dólares para los padres, a quienes considera «los más gastadores».
El mejor disfraz para las stories de IG
A lo largo del país, locales comerciales cerrados resucitaron de la mano de tiendas estacionales como Spirit Halloween, el mayor minorista especializado, aunque muchos recurren a la facilidad del ‘clic’ en Amazon, buscan ahorrar en los ‘outlets’ o, mejor aún, en proyectos creativos ‘do it yourself’ (DIY, hazlo tú mismo).
Los estudios señalan cómo la inflación, los aranceles y el alto coste de vida en EE.UU. han sido eclipsados por las ganas de darse un capricho, ya que los consumidores ven esta festividad como un carnaval para divertirse, más que como el homenaje a los fallecidos típico en estas fechas en el mundo hispano, con el Día de Muertos o Día de Todos los Santos.
Los ‘milenials’ y la generación Z lideran la tendencia gastadora alentados por internet, el origen y destino de muchas ideas de Halloween: «Un atuendo diseñado para el máximo impacto en las redes sociales, una fiesta que se convierta en una historia o una decoración que transforme la sala en algo cinemático», describe PwC.
En Nueva York, uno de los epicentros de la celebración, muchas casas llevan tiempo tomdadas por telarañas, esqueletos y calabazas para deleite de los ‘influencers’, y cada fin de semana ha sido fácil ver por la calle a gente disfrazada, e incluso a sus mascotas, yendo a eventos temáticos.
La Gran Manzana acoge esta noche el desfile anual del West Village, el más grande del mundo, como culmen a un mes en el que también se lleva el turismo ‘de miedo’ en localidades como Sleepy Hollow’ (Nueva York), por la leyenda del jinete sin cabeza, o Salem (Massachusetts), por la histórica caza de brujas. EFE

