Familias de escasos recursos y personas mayores acudieron este viernes cabizbajas y en silencio a bancos de comida de Florida ante el temor de perder a partir de este sábado los vales de SNAP, afectados por el cierre del gobierno federal, que cumple hoy un mes.
«La gente está muy decaída, deprimida y con bajo espíritu», dijo a EFE Paco Vélez, presidente del banco de alimentos Feeding South Florida (FSF).
La angustia alcanza a 42 millones de personas, entre ellos 10 millones de latinos, que dependen del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), ante la posibilidad de que esa ayuda federal quede sin fondos por la falta de presupuesto debido al cierre gubernamental.
Para muchos, la celebración de Halloween en varias ciudades se convirtió en largas filas en los bancos de alimentos para enfrentar este «fuerte golpe» que deja sin comida a sus familias.
Decenas de personas acudieron a un gran polígono al norte de Miami, al banco de alimentos FSF, en el condado de Broward, sin saber qué va a pasar el sábado. Esta despensa parece un supermercado lleno de gente, pero todos en silencio.
«Desde principios de octubre hasta hoy la gente que llega a la despensa se dobló», aseguró a Vélez, director ejecutivo de FSF.
Señaló que justo cuando cerró el gobierno federal ha habido mayor afluencia de personas. «Tenemos como 150 personas cada día que están llegando, en vez de las 80 habituales en los últimos meses», reveló Vélez sobre la tendencia en estas despensas de FSF en el sur Florida.
El mercado está más caro
Beatriz, una española que lleva viviendo muchos años en Florida, explicó a EFE que la noticia llegó como «un golpe muy fuerte para el bolsillo de la gente», porque «la comida es esencial» y «los precios están bastante altos en el mercado».
Para Emilia Ruiz, quien lleva un año y medio acudiendo periódicamente a FSF con su marido, «es una noticia bien desagradable, porque el país está con mucha necesidad y todos los alimentos han subido de precio, pero los salarios no han subido».
Vélez explicó que ya están ampliando las dimensiones del ‘supermercado’ para abastecer a toda la nueva ola gente que va a venir en las próximas semanas.
En Miami el 25% de hogares serán afectados
«Las familias con niños y las personas de tercera edad, que no tienen mucho ingreso, van a resultar súper afectadas», declaró Vélez, además de «los trabajadores del gobierno federal que se quedaron sin sueldo» desde que el gobierno no funciona.
Para recibir las ayudas de FSF, se debe tener un trabajo, documentación y ganar menos del 200% del nivel de pobreza, explicó, aunque realmente «cualquier persona que tiene necesidad» puede acercarse y le ayudarán.
La tercera edad, uno de los grupos más afectados, enfrentan además el problema de movilizarse a buscar comida. El banco FSF abastece al menos dos veces al mes a 710 personas mayores mediante su servicio de entrega a domicilio.
En el condado de Miami-Dade, el 25% de los hogares se verán afectados directamente por el fin de los beneficios SNAP, al cual el gobierno federal destina aproximadamente 6 millones de dólares, explicó la alcaldesa Daniella Levine Cava.
La orden del juez
Laura Rodríguez, directiva del Center for American Progress Action Fund, explicó a EFE que hay recursos disponibles del Gobierno en este momento reservados para situaciones de emergencia excepcional.
Criticó que la Administración Trump optó por no recurrir a esos fondos para mantener a flote el programa, una decisión que calificó como un «juego político» que «está afectando a la gente».
Sin embargo, un juez federal ordenó esta semana utilizar fondos de contingencia para financiar los cupones de alimentos, pero mientras el proceso legal avanza, se prevé que muchas familias queden temporalmente sin esa ayuda.
Entre tanto, varios estados destinarán fondos estatales para cubrir las necesidades, en caso de la suspensión del programa.
A los congresistas demócratas y republicanos, quienes continúan acusándose mutuamente por el cierre del gobierno, la española Beatriz les diría «que se pongan de acuerdo lo más rápido posible, porque ellos trabajan para nosotros, el pueblo, como dice la Constitución».
«Deberían hacer lo humanamente posible, bajar un poquito la guardia, ceder un poco, para que el pueblo americano pueda estar bien alimentado, haya menos enfermedades y menos angustias para todos, porque las angustias traen estrés», reclamó. EFE

