Nueve de cada diez personas en el planeta respiran aire contaminado, y América Latina no es la excepción. En la región, más de 150 millones de habitantes viven en ciudades que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un panorama que exige repensar los sistemas de salud y su relación con el entorno.
Según datos de esta organización, en 2019 se registraron 380.000 muertes prematuras asociadas a la contaminación ambiental y otras 93.000 vinculadas a la doméstica, cifras que se mantienen estables pese a los avances tecnológicos y la expansión de políticas ambientales.
De hecho, el diagnóstico tardío de enfermedades respiratorias como la EPOC, el asma o el cáncer de pulmón, que figuran entre las principales causas de mortalidad y discapacidad en la región, son una constante.
A ello se suma que, según la revista médica The Lancet, el propio sector salud es responsable del 5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, es decir, la atención médica que busca salvar vidas contribuye a un daño ambiental que las pone en riesgo.
Para los expertos, la solución pasa por reducir la contaminación y actuar antes de que las enfermedades se agraven, fortaleciendo el primer nivel de atención y apostando por la prevención, el diagnóstico oportuno y la innovación tecnológica.
Prevenir salva vidas y economías La acción temprana frente a las enfermedades respiratorias es una inversión más que un gasto. De acuerdo con la revista científica BMJ Global Health, los costos asociados a la atención tardía pueden ser entre 10 y 60 veces mayores que las inversiones en prevención y diagnóstico oportuno.
Por ejemplo, en América Latina, las enfermedades no transmisibles (ENT) —entre ellas las respiratorias— suponen una carga económica superior a los 47.000 millones de dólares a nivel global de aquí a 2030, según la Alianza de ENT, lo que amenaza la sostenibilidad financiera de los países y profundiza la desigualdad en el acceso a servicios médicos de calidad.
“El derecho a respirar aire limpio debería ser un principio básico de equidad en salud”, apunta un reciente informe de la OMS que destaca que el 99 % de la población mundial vive en entornos con niveles de contaminación que exceden los límites recomendados.
Sin embargo, hay motivos para el optimismo. Iniciativas locales en Brasil, Chile y Colombia muestran cómo la digitalización de la atención primaria, la expansión de la telemedicina y el uso de inteligencia artificial en el diagnóstico radiológico están permitiendo detectar enfermedades pulmonares en etapas más tempranas, reduciendo muertes evitables y acortando las brechas territoriales.
Innovar para respirar mejor El debate sobre salud pulmonar y sostenibilidad ha cobrado un nuevo impulso tras la resolución aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en febrero de 2025, que insta a los países a fortalecer la prevención, el diagnóstico y el manejo de las enfermedades respiratorias.
En este contexto, el próximo 6 de noviembre, se celebra el foro “Diálogos EFE sobre la salud pulmonar: construyendo sistemas resilientes para Latinoamérica”, un espacio regional de encuentro multisectorial, organizado por la Agencia EFE y con el apoyo de Jeffrey Group, que busca conectar a la evidencia científica, política pública, innovación y experiencias comunitarias con tomadores de decisión en salud pública, investigadores, profesionales sanitarios, organizaciones multilaterales, ONGs, medios y líderes comunitarios.
En el encuentro donde se reúnen expertos, investigadores y líderes institucionales, se abordarán cuatro ejes clave: la prevención y acción temprana, la equidad en salud, la innovación tecnológica aplicada al diagnóstico y la sostenibilidad ambiental del sector salud.
Entre los temas más esperados está la discusión sobre cómo descarbonizar los sistemas sanitarios, responsables de una fracción significativa de las emisiones globales, y cómo integrar soluciones verdes —desde movilidad sostenible hasta gestión de residuos clínicos— sin comprometer la calidad de la atención médica.
La región, subrayan los organizadores, tiene una oportunidad única de posicionar la salud pulmonar y la acción climática como pilares del desarrollo sostenible rumbo a la COP30. EFE (I)
