El crecimiento económico

Algunas mujeres caminan junto a un sitio en construcción y edificios de oficinas durante su hora del almuerzo en Beijing, China, el martes 8 de octubre de 2013. El Fondo Monetario Internacional rebajó el martes sus pronósticos de crecimiento económico global para este año y el próximo, en especial a causa de una expansión más lenta en China, India, Brasil y otras naciones en desarrollo. (Foto AP/Andy Wong)

Carlos Cobo Marengo

Guayaquil, Ecuador

El crecimiento hace referencia al incremento de la producción real de una economía, a la expansión de la misma y de la posibilidad de acceder a más y mejores bienes y servicios. A largo plazo, la producción de una nación aumenta debido a una mayor cantidad y calidad de factores productivos como trabajo, recursos, capital y a la mejora de la tecnología.

Este crecimiento económico se mide por la evolución del PIB y del PIB per cápita de un país, que en el caso ecuatoriano ha sido del 4,3% en el segundo trimestre de 2025 según datos del Banco Central, siendo la previsión para todo el año del 3,2% según datos del Fondo Monetario Internacional.

¿Por qué es importante el crecimiento? Porque cuando un país prospera económicamente los niveles de empleo también suelen aumentar, una mejora en la productividad se traduce en una mayor competitividad de los productos nacionales con el resto del mundo, lo que contribuye a aumentar las exportaciones.

Cuando una sociedad dispone de mayores bienes y servicios por persona hay una mejora en el nivel de vida, pudiendo en muchas ocasiones incluso disfrutar de más tiempo libre, mientras todo esto sucede el Estado puede aumentar la recaudación sin necesidad de aumentar impuestos.

Sin embargo, en algunas ocasiones también puede haber inconvenientes, por ejemplo, si el crecimiento es artificial provocado por situaciones como la expansión crediticia que genera ciclos económicos, inflación y déficit público.

Es por esto, que la condición básica para el crecimiento de una economía debe estar basada en la acumulación de bienes de capital y el ahorro voluntario de los ciudadanos, no en el gasto público improductivo.

En países como el nuestro con niveles de pobreza considerables y alto nivel de informalidad laboral, el ahorro de los ciudadanos puede significar un sacrificio difícilmente alcanzable, es por esto que debemos recurrir a los ahorradores e inversionistas extranjeros para que traigan su dinero a nuestro país, lo que se conoce como Inversión extranjera directa.

Para lograrlo debemos bajar impuestos, eliminar regulaciones excesivas, ofrecer seguridad jurídica, estado de derecho, y leyes sencillas y flexibles que no entorpezcan la inversión sino que la incentiven. Así como abrir nuestra economía a la banca extranjera para convertir nuestro país en un centro financiero internacional que atraiga capital de todas partes del mundo.

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