El secretario del Gobierno de la Federación de Nigeria (SGF), George Akume, afirmó que las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la situación de seguridad en el país han “envalentonado a grupos violentos” para lanzar nuevos ataques.
“Las recientes declaraciones de Estados Unidos han envalentonado inadvertidamente a grupos violentos oportunistas que buscan explotar la narrativa internacional y lanzar declaraciones contundentes atacando objetivos vulnerables”, afirmó Akume.
“El Gobierno rechaza cualquier afirmación de que el conflicto equivalga al genocidio de algún grupo y sigue comprometido a proteger a todos los ciudadanos, independientemente de su religión”, añadió.
A principios de noviembre, Trump acusó a Nigeria de hacer la vista gorda frente a los ataques contra cristianos e instruyó a su Departamento de Guerra para tomar posibles acciones.
“Estoy instruyendo por la presente a nuestro Departamento de Guerra que se prepare para posibles acciones. Si atacamos, será rápido, brutal y dulce, justo como los matones terroristas atacan a nuestros queridísimos cristianos. ¡Advertencia: el gobierno nigeriano mejor que se apure!”, publicó Trump en su cuenta de la red TruthSocial.
Al menos dos personas murieron y un número indeterminado de feligreses, incluido el pastor, fueron secuestrados este miércoles después de que hombres armados atacaran una iglesia en el oeste de Nigeria.
El ataque se produjo un día después de que 25 niñas fueran secuestradas en un internado del estado de Kebbi por individuos armados, pese a las advertencias de inteligencia que alertaban de un posible ataque de “bandidos” en la zona.
Akume informó de que los yihadistas de Boko Haram y el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP) atacan sitios en el noroeste del territorio sin distinción de credo, al igual que los “bandidos” en el norte del país.
Según dijo, la insurgencia ha evolucionado en dos frentes principales: el noreste, marcado por el extremismo ideológico vinculado a redes terroristas globales, y el noroeste, impulsado “puramente por incentivos económicos”, como minería ilegal, robo de ganado, extorsión y secuestro con fines de rescate.
Akume vinculó parte de la inseguridad actual a la proliferación de armas en el Sahel, tras el colapso de Libia y la inestabilidad en Egipto después de los levantamientos de 2011.
“Los próximos pasos incluyen fortalecer las operaciones de seguridad en todo el país, profundizar el intercambio de inteligencia con EE. UU. y aliados, intensificar los esfuerzos contra la minería ilegal y mejorar la seguridad fronteriza”, concluyó el secretario.
Nigeria sufre ataques constantes por parte de “bandidos”, término usado en el país para nombrar a bandas criminales que cometen asaltos y secuestros masivos para pedir rescates, a las que las autoridades tildan en ocasiones de «terroristas».
A esta inseguridad se suma la actividad de Boko Haram en el noreste del país desde 2009 y, a partir de 2016, también de su escisión, el ISWAP. EFE (I)
