Activistas de Extinction Rebellion, entre ellos Greta Thunberg, denunciaron haber sufrido «abusos» como vigilancia, detenciones, acusaciones penales y multas tras una protesta en varias ciudades italianas que tiñó de verde lugares emblemáticos como el Gran Canal de Venecia, informó este martes la organización.
La manifestación se celebró el pasado sábado en el marco de las últimas jornadas de la COP30 en Belém, con el objetivo de alertar sobre la emergencia climática y denunciar las «políticas ecocidas» del Gobierno italiano.
La Fiscalía de Venecia ha iniciado investigaciones sobre las 37 personas implicadas en la acción llevada a cabo en el emblemático canal veneciano, entre las que figuraba la sueca Thunberg, indicaron medios locales.
La organización ecologista en Italia dijo a EFE que se ha enterado de la noticia sobre una posible investigación a través de los medios y hasta el momento no ha recibido notificación oficial alguna.
«Según nuestra lectura, el único supuesto delito es la ‘protesta no autorizada’, una infracción que, en realidad, no existe en nuestro ordenamiento jurídico. El artículo 21 de la Constitución italiana garantiza a todos el derecho a manifestarse pacífica y espontáneamente», defendieron.
El movimiento considera «gravemente difamatorias las acusaciones hechas por el ministro de Transportes, (Matteo) Salvini, que habló en la prensa de ‘vandalismo’, ‘daños’ y ‘desfiguración'»
En Venecia, las prohibiciones y las acusaciones penales, incluidas las que involucran a Greta Thunberg, «solo se informaron a la prensa y nunca se notificaron», después de denunciar «abusos» contra los integrantes del grupo.
Los activistas ecologistas añaden además que en Trieste, Bolonia y Roma, por ejemplo, se reportaron vigilancia, arrestos, acusaciones penales y multas.
Uno de los activistas del grupo en Venecia, Alejandro, definió los hechos en un comunicado como «una paradoja»: «la jefatura de Policía, siguiendo órdenes del Gobierno, se convierte en un instrumento de propaganda política, emitiendo comunicados de prensa sobre las consecuencias legales para los ciudadanos, como en el caso de Greta, sin siquiera informar a los directamente implicados».
Agregó que «los abusos comenzaron el mismo día de la protesta», con la sustracción de pancartas, banderas o tambores, «violando así los derechos constitucionales más básicos».
Venecia se convirtió en el epicentro de la controversia, pero además de esta otras diez ciudades italianas acogieron manifestaciones similares.
En Turín, se tiñó el río Po en los Murazzi; en Bolonia, el río Reno en el Canal de las Molinas; en Milán, la Darsena de los Navigli; en Parma, el arroyo de Parma; y en Taranto, el río Tara.
La protesta se produjo casi dos años después de una acción similar, en 2023, cuando Extinction Rebellion también tiñó de verde el Gran Canal de Venecia para denunciar la inacción durante la COP28, bajo el lema «Mientras el Gobierno habla, nosotros pendemos de un hilo». EFE (I)
