¿Por qué Herrería puede ser más determinante que la constituyente?

Enrique Herrería.

José Gabriel Cornejo

Quito, Ecuador

21 de noviembre. Mientras todos hablaban del 60% del no, Noboa firmó un decreto que podría cambiarlo todo. La designación de Herrería podría importar más que la derrota electoral. Decisión sin precedentes para este “nuevo Ecuador”, que da señales de querer tomarse en serio su lema. Sin duda, la designación del ex juez constitucional Enrique Herrería como secretario jurídico de la presidencia podría ser el parteaguas para un oficialismo herido, pero no de muerte, por el contundente revés electoral. Sencillamente, por 3 razones:

  1. Herrería conoce las alternativas:

¿Quién podría negarlo? La constituyente era una oportunidad –lo mismo para el país como para sus enemigos. Pero al describirla, no era esa la palabra adecuada. Le sentaba mejor otro término: propaganda.

Identificaron una crisis real —la seguridad— y luego inflaron la causa equivocada: Montecristi. El problema no era la Constitución, sino un COIP por reformar y normas en desuso. En vez de resolver, se buscaron culpables: la Corte. Como antídoto a estos males, nos presentó la constituyente. En otras palabras, quiso comprar nuestro voto recurriendo a la publicidad engañosa.

El nuevo secretario jurídico, que hace menos de un año tenía el sombrero de juez de la Corte, conoce bien estas deficiencias. Y, está en la mejor posición que cualquier otro para lograr tres cosas: (i) que el gobierno no culpe a la Constitución por problemas que esta no provoca; (ii) que se efectúen los cambios que a la Constitución sí le hacen falta, esta vez siguiendo los cauces correctos; y, (iii) que se produzcan reformas legales de alto impacto en temas vitales como seguridad o materia laboral.

  1. El puente que Noboa rompió (y que Herrería puede reconstruir):

Lo que de nuevo le faltaba al gobierno del “nuevo Ecuador” era el respeto por la institucionalidad. En los últimos meses, no se supo dónde se le quedó ni si le interesaba saber. Hay merecidos y legítimos reproches que se le pueden hacer a la Corte Constitucional, pero lo de Noboa fue otra cosa. En esto, Herrería ha sido ecuánime en señalar los despropósitos de ambos actores. Su llamado a sus antiguos colegas ha sido de dejar las extralimitaciones y regularse en el ejercicio de sus competencias, mientras que al Presidente le ha reprochado la calidad jurídica de sus productos y la impresentable persecución a los jueces constitucionales –que incluyó el desalojo de su edificio mediante las fuerzas del orden.

Sí, la política es una contienda de poderes, pero una contienda regulada e institucionalizada. A eso ha de atenerse la clase gobernante mientras este sea un Estado de Derecho. Por este motivo, la designación del secretario jurídico abre la posibilidad de reconstruir la relación rota entre el Ejecutivo y la Corte Constitucional. Pues, al nuevo secretario jurídico le sobra capital político para levantar el teléfono y coordinar una reunión con sus antiguos colegas, no para decidir cosas bajo la mesa, sino para plantear sobre ella la realidad del Ecuador, imposible de ver desde los estrados.

  1. ¿Un mea culpa dentro de Carondelet?

A manera de ilusión, quizá, esta designación tenga algo de mea culpa, un reconocimiento de que es hora de cambiar el modo de gobernar. Bueno hubiese sido que se lo exprese oficialmente, pero es lo que hay.

Para el gobierno, el primer paso, es aceptar que la derrota fue real. El segundo, escuchar. El tercero, no seguir el consejo de quienes elaboraron la fallida propaganda constituyente, sino de las voces disidentes e interesadas en lo mejor para Ecuador. Herrería, en principio, parece ser una de ellas. Si Noboa lo escucha y este se mantiene impoluto, el gobierno puede corregir el rumbo. Si no, la derrota del 60% será apenas el primer aviso.

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