El primer ministro de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, se mostró este martes «triste» después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiterara anoche su interés por hacerse con este territorio autónomo de Dinamarca.
«Con esas palabras, nuestro país queda reducido a una cuestión sobre seguridad y poder. No es así como nos vemos a nosotros mismos y no es así como pueden o deben referirse a nosotros en Groenlandia», escribió Nielsen en su cuenta de la red social Facebook.
Nielsen defendió que Groenlandia es una democracia viva «con una larga historia y una cultura fuerte», «responsable» de su propio territorio y de su futuro y que «su integridad territorial y su derecho a la autodeterminación están anclados en el derecho internacional y no pueden ignorarse sin más».
«Lo necesitamos para la protección nacional. Necesitamos Groenlandia para la protección nacional», dijo Trump en rueda de prensa en su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida) un día después de haber designado el pasado domingo al gobernador de Luisiana, Jeff Landry, como enviado especial de EE.UU. para Groenlandia.
El mandatario aprovechó también para criticar a Dinamarca asegurando que «no invierten nada» en Groenlandia y agregando que «no tienen ejército».

La designación de Landry provocó ya ayer críticas de Groenlandia y de Dinamarca, que convocó al embajador estadounidense para mostrar su rechazo a un gesto calificado de «inaceptable» por el ministro de Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen.
«Lo hemos dicho con claridad antes, ahora lo decimos de nuevo. No se pueden anexionar otros países, tampoco con el argumento de la seguridad internacional», señalaron ayer en una declaración conjunta la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, y el primer ministro groenlandés.
Nielsen agradeció hoy el apoyo interno y de líderes de otros países, que muestran que «no estamos solos».
Trump ha afirmado en varias ocasiones en el último año que Estados Unidos «necesita» Groenlandia, isla rica en recursos naturales, e incluso ha sugerido que podría explorar opciones para que pase bajo jurisdicción estadounidense.
La reacción de la población
Esta isla ártica con una población de unos 57.000 habitantes en 2,1 millones de kilómetros cuadrados (el 80 % cubierto por hielo de forma permanente) depende en gran medida de los ingresos de la pesca y de la ayuda económica anual de Dinamarca, que cubre cerca de la mitad de su presupuesto total.
Groenlandia goza desde 2010 de un nuevo estatuto de autonomía que reconoce el derecho de autodeterminación, una posibilidad que apoya la mayoría de sus habitantes, aunque no a costa de perder nivel de vida, a la vez que rechaza formar parte de EE.UU, según los sondeos.
Un Ejecutivo que agrupa a todo el independentismo moderado y a casi las tres cuartas partes del Parlamento gobierna la isla después de las elecciones autonómicas de marzo pasado.
Dinamarca ha aumentado en el último año su inversión militar y económica en Groenlandia, además de pedir perdón oficialmente y anunciar indemnizaciones por la implantación durante décadas de espirales anticonceptivas a miles de groenlandesas, en muchos casos sin autorización. EFE (I)
